Poco y nada cambió. Junior no mostró mejoría en su fútbol y consiguió un frío, desabrido e incoloro empate 0-0 ante Envigado FC, este jueves en el Polideportivo Sur en el municipio antioqueño, en cumplimiento de la séptima fecha de la Liga Águila I.
El equipo se volvió a mostrar escuálido, enredado, aletargado, soso y sin dientes. Se sumergió en un mar de imprecisiones y desgano del que no pudo salir a flote. No hubo ninguna tabla de salvación en la cancha ni en el banco.
El primer tiempo fue una extensión del Junior lleno de modorra y sin sorpresa que sucumbió 3-1 ante Atlético Tucumán en Argentina. Hubo cambios de nombres en la alineación titular, pero en líneas generales se mantuvo la misma actitud pasiva, la misma falta de calidad y la misma impotencia ofensiva.
Los rojiblancos tenían la iniciativa, pero no lograban superar la sólida estrategia que planteaba el Envigado, atrincherado en su zona sin renunciar a contragolpear. Los soldados naranjas peleaban con ganas cada pelota, estaban pendientes de todos los rebotes y de cualquier espacio para salir rápido de la retaguardia y contraatacar.
Con ese planteamiento estuvieron más cerca del gol que Junior. El panameño Joseph Cox y Michael Nike contaron con opciones de gol para romper el celofán, pero no con tiza en el guayo para darle la suficiente dirección a sus remates.
Inofensivo, con dos laterales estancados y sin proyección, con dos volantes creativos con las luces apagadas y con Bernardo Cuesta abandonado a su suerte, cerró el equipo tiburón la etapa inicial.
No bastaron las buenas intenciones del atacante argentino y la enjundia de Enrique Serje, que corría y dejaba todo en cada acción. El sabanalarguero fue de lo más rescatable del equipo en territorio envigadeño.
El segundo tiempo fue más de lo mismo. Una total falta de imaginación y claridad. La entrada de Jarlan Barrera generó algo de chispoteo que no encendió del todo el ataque visitante. El samario por lo menos pateó al arco y se notó más que Johnatan Estrada y Sebastián Hernández, sin embargo, sus escaramuzas resultaron insuficientes.
Lewis Ochoa y Héctor Quiñones siguieron atascados en su carril y el amontonamiento de delanteros al que apostó Alberto Gamero no dio resultados. Ni siquiera la expulsión del volante del Envigado, George Saunders (M. 58), marcó diferencia a favor de Junior.
Envigado, con la adversidad de un hombre menos, se conformó completamente con el 0-0 y se dedicó a meter el juego en la nevera.
Róbinson Aponzá, que suele olvidarse que el fútbol es colectivo, nunca se inspiró. Solo amagues y gambetas sin ton ni son. Sin argumentos, chocando contra la muralla naranja como mosca en ventanal, Junior terminó firmando un empate que sabe a nada.
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