El Heraldo
La Mojana, región que aporta el 25 % de la producción del país, lucha por cerrar un boquete con megabolsas llenas de arena.
Región Caribe

La Mojana, la despensa agrícola que sigue bajo las aguas

Expertos en ingeniería dicen que las obras de cierre sí son posibles. Los mojaneros aluden falta de voluntad política. En la zona hay descontento con el llamado gobierno del cambio.

La gran región Mojana, que conforman 11 municipios de los departamentos de Sucre, Córdoba, Bolívar y Antioquia y que lleva más de 100 años inundándose, afronta en estos momentos su más difícil situación por cuenta de uno de los rompederos, Cara ‘e gato, que completa mañana 18 meses de estar abierto.

“No ha habido voluntad de este Gobierno para cerrarlo. Si lo hubiesen querido hacer ya se hubiese logrado con esta temporada seca que hemos tenido, pero eso no ha ocurrido porque este nuevo gobierno se ha dedicado a decir una y otra cosa y el tiempo se ha desperdiciado”, dice el vocero del Pacto Social por la Mojana, Rodrigo García Berrío.

El 31 de octubre fue el compromiso más reciente del Gobierno de Gustavo Petro, a través de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd). Les dijo que iban a ampliar el Canal de la Esperanza, que es un cauce antiguo del río Cauca, para así quitarle fuerza al caudal y proceder con el cierre.

Con esa premisa los mojaneros levantaron el paro que completaba 7 días sobre el puente San Jorge en La Apartada (Córdoba) y a su vez mantenían la esperanza de volver a lograr su prosperidad en esas tierras fértiles, pero todo se vino al traste el pasado miércoles 22 de febrero cuando el director de la Ungrd, Javier Pava Sánchez, dijo en una rueda de prensa desde Bogotá que Cara ‘e Gato no se cierra y que esa zona será declarada de alto riesgo. Que en lugar de un muro de contención habrá obras secundarias para el control de las inundaciones.

“El tipo de solución que se ha dado es equivocada y fallida y va en contravía de lo que en el mundo se está haciendo frente a lo que implica el cambio climático y frente a lo que le apuesta nuestro Gobierno”, dijo el ingeniero Pava.

Anunció áreas de amortiguación de crecientes o áreas de inundaciones que manejarán para evitar afectaciones de las poblaciones.

“Reemplazamos el jarillón por unas zonas de inundación controladas. Eso implica que, de manera definitiva, las familias que se encuentran en zonas inundadas en el pasado –que suman aproximadamente 18.900 predios– sean objeto de reasentamiento”, indicó.

Rechazo absoluto

“A nosotros nos cierran Cara ‘e Gato y la vida se nos compone. Volvemos a nuestras casas, a las tierras a producir para comer y vender”, dice Ramiro Díaz, habitante de Majagual.

Con esa aseveración este nativo deja en claro que de su tierra, esa que se inunda en temporadas, no se va. En esa misma postura están todos los habitantes de la Mojana que rechazan el plan de reasentamiento que tiene previsto este Gobierno.

“Necesitamos tierras en esta misma zona, no en otra y menos que sean territorios denominados de alto riesgo”, dicen las directivas de la Corporación para la Defensa y el Desarrollo de la Mojana (Codemojana).

Oswaldo Pupo, habitante de Ayapel (Córdoba) y miembro de Codemojana, está mudado para Cara ‘e Gato desde inicios de febrero haciendo veeduría ciudadana a las obras que realizan las dos dragas acuáticas, pero que no van a cerrar el boquete porque ese no es el objeto del contrato que firmaron y así lo aclaró en las últimas horas el ingeniero Fabio Zapata, encargado de las mismas.

Pupo le aseguró a EL HERALDO que “ahora más que antes la Mojana está en pie de lucha. Renovada y activada para cerrar con mano y recursos propios a Cara ‘e Gato”. Y ratificó, en nombre de todos los habitantes de esta región a la que ellos representan en Codemojana que “aquí nacimos y aquí morimos, por eso no nos vamos de ella.

El río Cauca no se comunica con el San Jorge, sino con el Magdalena. Pava no conoce esta geografía”.

A esa voz de pie de lucha se suma el pronunciamiento del Pacto Social por la Mojana que ante el cúmulo de incumplimientos del gobierno de Gustavo Petro a través de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres anunció que no se dirigen más al funcionario Pava por haber sido él y sus propuestas, “algo nefasto para la Mojana”.

“Haremos cumplir los compromisos que este Gobierno se hizo con toda una gran región y para ello vamos a acudir a los entes de control, Procuraduría y Contraloría, y no descartamos hacerlo también ante la comunidad internacional porque los acuerdos tienen fuerza de ley, pero este gobierno y que del pueblo, desconoce eso”, aseguró Rodrigo García Berrío.

En ingeniería todo es posible

Las voces de expertos en ingeniería también se hacen sentir ante este problema y una de ellas es la del profesional Marco Tulio Uribe Carriazo, un hijo del municipio de San Marcos que también es testigo de las afectaciones que se producen en la Mojana en invierno.

Se muestra en desacuerdo con los planteamientos de Pava porque con ellos desaparecerá la Mojana y el éxodo que generarán será de grandes magnitudes.

“El problema que hoy se afronta no es otro diferente a que el río Cauca perdió su capacidad de evacuación de aguas, porque fue ocupado por el sedimento que genera la minería de aluvión y ahora de forma olímpica el señor Pava se inventa una zona de amortiguamiento que finalmente lo que hace es trasladar el problema del Cauca a las ciénagas del San Jorge”.

El ingeniero manifestó que hoy la región Mojana afronta problemas de tipo económico, de sedimentación, salubridad pública, ambiental, de infraestructura y arqueológico.

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