
Encendemos una luz por...
La Región se ilumina con la ilusión de terminar el año en paz.
A pesar del año difícil que fue el 2020, la tradición de las velitas trasciende la emergencia sanitaria y las situaciones complicadas que se han presentado. En cada uno de los departamentos del Caribe, las personas han encendido una vela para hacer tanto sus peticiones, que incluyen la salud, la desaparición del Covid-19, que cese la muerte de líderes sociales, por la inclusión, por el pago de salarios, la paz, la reconciliación y la hermandad con los migrantes venezolanos.
Los protagonistas de cada rincón de la costa, también piden para que el próximo año traiga mejores cosas para sus hogares y para Colombia. Confían con optimismo en que será una época mejor. También se encenderá una vela para agradecer por la vida, por el futuro y por Colombia. Lo más importante es que las velas se encenderán en casa, al lado de lo más preciado, que es la familia.

Por: Miguel Barrios
Para tener una luz de esperanza, los trabajadores del hospital Rosario Pumarejo de López de Valledupar prendieron sus velas para pedir que les paguen los 12 meses de sueldos atrasados, por los cuales vienen protestando. Médicos y enfermeras hicieron una velatón en las instalaciones del centro asistencial para recordarle al gobierno que enfrentan una profunda crisis debido a la falta de pago.
“Pedimos a Dios que intervenga en esta situación que no parece tener solución humana”, indicaron. El pasado jueves realizaron una caravana, acompañados de las centrales obreras y comunidad exigiendo rescatar el centro de salud y la dignidad laboral.
Fabián Olivella, médico especialista del HRPL, manifestó que “nuestro ánimo es perseverante y así seguiremos hasta el final en cuanto a prestación de servicios a la comunidad”.
Julio Julio Peralta, médico especialista, indicó que “tristemente nos encontramos en estas condiciones de extrema indignidad; hoy los galenos que laboramos en el Hospital Rosario Pumarejo no tenemos cómo sufragar nuestros gastos ni como llevar el sustento a nuestras familias”.
Con pancartas en forma de ataúd, los trabajadores del centro asistencial pidieron que se cumplan los compromisos adquiridos por el Gobierno para darle solución a los pasivos laborales. Son más de 700 empleados que están sin recibir salarios. Según indicaron, a muchos les ha tocado vender sus sueldos a altas tasas de intereses para poder sobrevivir.

Por: Agustín Iguarán
En la urbanización Villa Marbella de Santa Marta, José Francisco Patiño Mercado, un joven con síndrome de down, encenderá una vela por la inclusión y la discapacidad.
Con 28 años (cumplidos el 14 de noviembre) y bachiller del Colegio La Villa, este samario, hincha de la selección Colombia y del Unión Magdalena (pero cuando estaba en la 'A'), es un líder natural que ha logrado vencer barreras y ganarse la admiración de amigos y conocidos.
Es empleado de planta de la Gobernación del Magdalena en el área de mensajería y archivo, adscrito a la Secretaría de Salud y entre sus tareas están servir de 'patinador' entre oficinas y direccionar a los visitantes a las dependencias que necesiten.
Dice que gracias a que su fuerza laboral contribuye con el desarrollo de la sociedad, aprendió que en la vida la única discapacidad es tener una mala actitud. Bajo la premisa de que la inclusión es una fortaleza ligada al respeto y a la tolerancia, 'Jose' - como suelen llamarlo cariñosamente - considera que esta fecha es oportuna para "orar y abrir los corazones".
"Hoy enciendo una vela por la discapacidad para una inclusión social; por el derecho a la igualdad y el respeto", expresó emocionado desde la sala de su casa y junto al árbol de Navidad que ayudó a elaborar junto con sus padres José Patiño Peralta y Gloria del Carmen Mercado Álvarez.

Por María: V. Bustamante
José Freddy Aguilera, integrante de la Mesa Sucreña por la Paz, enciende una vela por muchas situaciones que él considera de vital importancia para la sociedad: la consolidación de la paz como bien público más preciado de todos los colombianos.
“Para esto se debe cumplir el Acuerdo de Paz firmado con las Farc, se deben reabrir los diálogos con el ELN y abrir diálogos con todos los grupos armados existentes en el país para solucionar definitivamente esta tragedia que vivimos a partir del conflicto armado interno”.
Otra de las razones por las que Aguilera encenderá una vela es para iluminar el Congreso de la República aprobando la ley que establece la renta básica para más de 30 millones de colombianos que hoy se debaten en la pobreza, pobreza extrema y miseria. “Eso sería desarrollar una política pública agresiva para generar bienestar y otorgar vida digna y, de paso, mejorar la golpeada economía por cuenta de la pandemia de la Covid-19”.
Aguilera también enciende una vela para que se mejore la prestación del servicio de salud y que la norma que se tramite en el Congreso permita un fortalecimiento de la red pública y se garantice hacia el futuro que la vacuna contra la Covid-19 sea rápida, oportuna y con cobertura para todos los colombianos.

Por: Óscar Cuello
El asesinato de líderes sociales y la muerte de los firmantes de paz, son algunas de las razones por las que el líder social, José David Ortega, enciende una vela desde el sur del departamento de Córdoba.
“Yo prendo la vela por varias razones; primero, por los más de mil líderes asesinados a nivel nacional desde la firma del Acuerdo de Paz. También por los 244 firmantes de la paz, personas en proceso de reincorporación que creyeron en la palabra empeñada del Estado colombiano y que también han sido asesinadas”, indica el defensor de derechos humanos.
La llegada de la paz a los territorios, también es uno de los anhelos que se vienen a la cabeza de Ortega.
“Esperamos que llegue la paz a los territorios, para que se haga realidad eso que quedó firmado en esos Acuerdos que tanto nos han costado, desplazamiento, y persecución, pero pese a todas esas circunstancias seguiremos defendiendo nuestros derechos porque creemos que es la única alternativa que existe para cerrar esas brechas sociales”, asegura.
“También prendo la vela por las más de 70 masacres que han sucedido durante lo que va corrido de este año. Son muchas las madres, e incluso familias enteras que han quedado desamparadas en el territorio y eso es un flagelo ante el cual no podemos ser indolentes”, puntualizó Ortega.

Por: Alix López
Elizabeth Torres Miranda, palenquera de 57 años, pedirá por su salud y la de su familia esta noche cuando encienda las velas a la Inmaculada Concepción, en el marco de la popular tradición religiosa preámbulo de Navidad. “Lo demás, lo material, viene por añadidura, pero que nos tenga con vida”, asegura la laboriosa mujer.
Ayer al mediodía se preparaba para salir por su barrio El Nazareno, sur de Cartagena, para ofrecer los caballitos, los enyucados y las alegrías, entre otros dulces típicos, que por más de 25 años ha preparado bajo la enseñanza de su mamá, Antonia Miranda.
Recuerda los ocho largos meses que permanecieron de brazos cruzados por las medidas para mitigar el Covid-19. “Esa crisis es algo que uno no quiere repetir jamás”, dice. Por eso insiste en que lo primero que pedirá en su oración a la Inmaculada es que el virus mortal se extinga.
Hoy durante la Noche de Velitas disfrutará junto a la compañía de su esposo, Francisco Obeso, vendedor de lentes en el sector turístico, y de sus hijos, Jesús Alberto (estudiante del Sena), María Belén (que cursa bachillerato); y su nieta Shairid Lorena Bolaño. “Comemos y bailamos con música de picó, sin olvidar a nuestra virgencita porque tenemos que seguir cuidándonos ya que el coronavirus no se ha ido”, añade.

Por: Sandra Guerrero
Juan José Parra Ríos, es un venezolano con 34 años, de los cuales siete los ha vivido en La Guajira, una tierra a la que le agradece mucho de lo que ha logrado. Cuando salió de su natal Maracaibo debido a la situación de su país, llegó inicialmente al municipio de Barrancas y desde entonces comenzó a trabajar fuertemente para lograr su sueño, tener una academia. Y lo logró.
Juan José tiene hoy su academia en la que enseña a niños y jóvenes danza, expresión corporal, modelaje, teatro, manejo de imagen, nutrición, prepara reinas y maneja el aspecto psicosocial.
“Han sido muchas las personas, venezolanas y colombianas, las que me han ayudado en todo el proceso, estoy muy agradecido con La Guajira, una tierra que me acogió y en la que he logrado muchas cosas”, manifiesta.
Por eso, este siete de diciembre encenderá una vela por la hermandad entre personas de ambos países, para que haya paz y armonía.
“También para que esta tierra le vaya bien económicamente, para que no solo nos ayudemos económicamente, sino con una voz de aliento, un abrazo o una palabra amiga”, indicó.
Igualmente para agradecer, que a pesar de todo, su escuela ha tenido éxito. “Una de mis estudiantes Nicol Mendoza acaba de ganar el concurso de Miss Teen, lo cual es un orgullo para mí”, afirmó. Afirma que, a pesar de lo que tienen en Riohacha, donde vive con su mamá, extraña mucho a sus hermanos, sobrinos y demás familiares, quienes viven en Venezuela.
“Añoro las reuniones familiares, los lugares que me gustan de Maracaibo y los amigos”, expresó entre lágrimas.
A sus paisanos les aconseja que trabajen, que luchen por sus sueños con humildad y agradecimiento y respeto por esta tierra que los ha acogido.