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Hasta el último momento antes de su captura, José Wilmer Ocoró Caicedo, quiso despistar a los agentes de Policía que le seguían la pista hace varios meses como uno de los principales cabecillas de la banda Los Rastrojos que delinque en el norte del Cesar. Les enseñó una Biblia y los invitó a culto, mostrándose como un apacible pastor de la Iglesia Cristiana.

Según el coronel Hugo Javier Velásquez, comandante de Policía del Cesar, este sujeto utilizaba la fachada de pastor evangélico para pasar desapercibido y reunir jóvenes para fortalecer el grupo delincuencial, pero de acuerdo con las investigaciones se trata de uno de los jefes de la estructura dedicada a la extorsión y atentados; está sindicado de ser el autor de ataques explosivos a varias residencias a ganaderos y comerciantes en el departamento.

José Ocoró, de 41 años, se desplazaba junto a Deglis Samir Sánchez, de 24 años, uno de sus colaboradores, a bordo de una camioneta de alta gama en el municipio de La Paz, cuando requerido por los uniformados.

Por Miguel Barrios
Valledupar.