
Fantasía y maquillaje, el arte de Carolina Márquez
La joven cartagenera encontró en la cuarentena su liberación con el maquillaje artístico.
En la vida hay caminos que se eligen por instinto, por ese impulso natural que guía como una brújula nuestro andar. Así lo ha experimentado la cartagenera Carolina Márquez.
Recuerda que en un principio se enfocó en el Diseño de Modas, pero un encuentro con Dios la llevó a cambiar de perspectiva de vida para centrarse de manera apasionada en la Estética y la Cosmetología.
“Yo sentí que el Diseño de Modas no era lo mío en segundo semestre. De inmediato me puse a pensar en qué haría porque no tenía plan B, pero luego se me ocurrió que podía dedicarme a algo que estuviera relacionado con los faciales. Fue así como luego de un mes llegué a la carrera de Estética y Cosmetología. Cuando empecé a cursarla sentí mucha fascinación”.
Sentir que esta carrera resonaba en armonía con su esencia le devolvió la tranquilidad que estaba buscando. En ese instante descubrió otra de sus pasiones: el maquillaje social. Aunque dentro de su formación los conocimientos sobre este tema no eran amplios, su interés fue aumentando. YouTube fue la herramienta para perfeccionarlo.
Alterno a su formación se dedicó a ser mamá. Carolina, hoy con 33 años, trajo al mundo a su primogénito, Santiago Araújo, un ser que se convirtió en su mayor “bendición” y quien le permitió experimentar que “sí se puede ser profesional” y cumplir con “el rol de mamá”.
“Recuerdo que cuando mi hijo se dormía yo aprovechaba para estudiar. La noche se convirtió en el momento ideal; fueron días de muchas trasnochadas. Cuando terminé la carrera me dediqué a él por completo y duré muchos años sin ejercer. Ahorita con la incidencia de la pandemia eso cambió”.
“Caro”, como suelen llamarla sus más allegados, encontró en la cuarentena obligatoria del año pasado el tiempo perfecto para explorar y materializar su faceta más creativa. Primero se enfocó, a través de sus redes sociales, en enviar mensajes positivos a las personas; luego se concentró en el maquillaje artístico.
“Cuando llegó octubre conocí del trabajo de la colombiana Miel Sánchez, quien precisamente estaba dictando clases de maquillaje artístico. En ese momento decidí aventurarme en ese campo y quedé enganchada. Desde ese día hasta hoy ha sido un maquillaje artístico tras otro”.
Su arte lo plasma en su rostro, en su piel. Su inspiración emana de la niña que aún conserva dentro, así que cuando crea sus personajes hace un encuentro consigo misma y empieza desde la añoranza y desde los momentos felices de su infancia.
Muestra de ello es el feed de su cuenta personal de Instagram (@caromqz). En este sobresalen personajes encantados de fantasía.
“Es gratificante que en medio de toda esta locura que se ha desencadenado por la covid-19, yo pueda aportar algo de mí desde mi arte (...) Me encanta la idea de que las personas entren a mi cuenta y se encuentren con algo diferente y artístico, que les recuerde su infancia”.

Para Carolina adquirir conocimientos que le permitan crecer como artista es fundamental, así que desde que empezó a tantear el terreno se enfocó en formarse constantemente, aprendiendo de nuevas técnicas y de otros artistas. Es así como a la hora de crear no suele inclinarse por un solo proceso creativo, puesto que por momentos para desarrollar un personaje parte del instante en que ve el estilo y el color de una peluca. En otras ocasiones se inspira de lo existente para luego brindarle al personaje una perspectiva subjetiva, desde sus conocimientos.
Otro de los procesos creativos que aplica y que destaca es el que lleva a cabo cuando se traza el objetivo de crear un personaje —como dice ella— “con personalidad”.
“Cuando creo a un personaje con personalidad, como el que hice de la Princesa Rana, empiezo a analizar cómo es . Por ejemplo, en este caso detallé la rana en sí y empecé a pensar: —es tímida, letal por su veneno y cuidadora—, entonces me basé en eso para imaginar cómo se vería físicamente esa Princesa Rana. Así voy desarrollando el maquillaje”.
Cuando ella produce estos personajes requiere de aproximadamente cuatro horas, máximo siete. No le pueden faltar las pelucas (hoy día cuenta con 20) y el maquillaje cremoso, que lo conserva en dos paletas y seis individuales. Dice que este último es perfecto porque le permite manejar los detalles y, en caso de alguna equivocación, le resulta fácil de manipularlo para enmendar el error y continuar con los acabados.
Satisfacción es lo que experimenta cada vez que obtiene el resultado final de sus personajes, pues explica que “es sorprendente cuando se ve materializado aquello que previamente fue creado en la mente”.
Para ella el maquillaje artístico es terapéutico, es su refugio donde puede encontrar “total plenitud”.
De momento su arte lo expone en su cuenta de Instagram, pero en un futuro desea consolidar una comunidad de artistas para inspirar a otros, así como llegar a ser una voz que impulse el maquillaje artístico en Colombia y que apoye con recursos a los jóvenes talentos que emergen cada vez más.
“En el ejercicio me he dado cuenta que en el país hay mucho talento, así como emprendedores que tienen ganas de salir adelante. También me gustaría incentivar a mis seguidores a que compren los productos cosméticos colombianos porque al hacerlo estamos creyendo en nosotros mismos, en que somos capaces (...) Yo he encontrado marcas del país que son de muy buena calidad, como es el caso de Lina Toro Beauty y Las 36 Caras FX”.
A quienes cuentan con el talento y se cohíben a causa de los malos comentarios les hace un llamado a que no desistan, a que aprecien su trabajo, que lo disfruten y que sean constantes para que crezcan y “poco a poco vayan atrayendo las oportunidades”.
Resalta que fomentar el arte en las personas es la salida para un mejor mundo, pues para ella el arte en cualquiera de sus manifestaciones es “sinónimo de vida”.
Es importante que fomentemos el arte en las personas porque este es la salida para lograr un mejor mundo, para mí el arte es sinónimo de vida