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Cada escándalo que se desata en Colombia es peor que el anterior. Lo que ayer nos sorprendía hoy hace parte del paisaje. Estamos en el reino de la desmesura. En la Colombia de hoy la ficción superó la realidad. Todo es asombroso, pero nada nos asombra. A nuestros códigos penales no les cabe un delito más, pero los delincuentes siguen aumentando. Se reproducen como conejos. Construimos cárceles y megacárceles para que en cuestión de meses estén hacinadas.

En esta Colombia de hoy hay jueces perversos y corruptos que condenan inocentes y absuelven culpables. Hay oficiales de la Policía que se ponen a órdenes de los capos del narcotráfico, mientras son implacables con quien se roba una lata de sardinas para no morirse de hambre. En esta Colombia hay influencers que aspiran al Congreso que cuentan con sofisticados esquemas de seguridad de la Dirección Nacional de Protección (DNP) –que incluyen camionetas blindadas y motos que les abren paso para que vayan al norte de Bogotá a almorzar– mientras en las regiones hay periodistas y defensores de Derechos Humanos amenazados de muerte, que tienen que huir de sus pueblos para que no los maten los bandidos que ellos denuncian.

Pero nada de eso parece importarles a quienes aspiran a llegar el próximo año a la Presidencia o al Congreso de la República. Por estos días su mayor preocupación es la mecánica electoral, que les permitirá fijar las reglas de juego para salir triunfantes en las elecciones presidenciales o parlamentarias. Ellos solo hablan de listas abiertas o cerradas, de encuestas y de foros, así como de alianzas y coaliciones. Nada más.

Es un hecho que el país político acapara toda la atención tanto de medios de comunicación como de la opinión pública, en especial aquella que se expresa en la redes sociales, pero el país nacional, como lo llamaba Jorge Eliécer Gaitán, va en otra dirección. Es el país del día a día. Es un país lleno de historias complejas y absurdas, que reflejan –ellas sí– una realidad que debe ser atendida con prontitud por quienes aspiran a tomar las riendas del país el próximo año.