Con las consignas ‘No Más Santos’, ‘Santos Renuncie’ y ‘Coscorrón en Defensa de la Democracia’, el Centro Democrático lideró este sábado una marcha para pronunciarse contra el actual gobierno. La jornada movió unas 20 mil personas en la capital del país y, de acuerdo con la Policía Metropolitana, 2 mil en Barranquilla.
El partido que dirige el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez insistió, desde el principio, en que la convocatoria era una iniciativa ciudadana y sin tinte político.
Tanto así que, en su momento, el senador atlanticense Jaime Amín, vocero de esa bancada, informó que irían vestidos con la amarilla de la Selección Colombia para darle protagonismo a los colombianos inconformes con la gestión de Juan Manuel Santos, y no a un sector político en partícular, dijo.
Sin embargo, varios congresistas, como, por ejemplo, Horacio Serpa, del Partido Liberal, criticaron la convocatoria y aseguraron que la iniciativa buscaba abrirse paso a las presidenciales 2018 y generar mayor polarización en el país.
Así las cosas, vale la pena preguntarse: ¿Cuál fue el impacto político que tuvo esta iniciativa?
'DEMOCRACIA FORTALECIDA'
De acuerdo con el senador Efraín Cepeda, del Partido Conservador, la jornada de este sábado demostró que la democracia colombiana está fortalecida, puesto que 'los ciudadanos tienen derecho a manifestarse con absoluta libertad'.
Sin embargo, aseguró que las marchas sí se constituyeron en 'plataforma de inicio' de las campañas presidenciales.
En el mismo sentido se pronunció el senador de ‘La U’ José David Name quien afirmó: 'Un partido que convoca una marcha como oposición, que pide la renuncia del Presidente y que agita banderas contra un acuerdo de paz, no puede pretender desprenderse de la motivación política. Nadie hace causa cívica a nombre de una filiación política'.
Por su parte, Ángel Tuirán, director del departamento de Ciencia Política de la Universidad del Norte, aseguró que, aunque por un tema de moral pública o moral política el escenario ideal para que los partidos de oposición se pronuncien es el Congreso, 'la acción de la protesta no está vetada. Lo que se prohíbe son los actos de violencia, y en esta, creo que no se registró ningún incidente'.
Sin embargo, afirmó que no se puede desconocer que hay un tema latente en este momento y es que la corrupción 'ha salpicado al poder político, y están implicados el centro democrático y el Gobierno mismo'. En consecuencia, la del sábado fue una protesta contra ellos mismos'.
ALIANZAS CONSOLIDADAS
Consultado por este medio, Luis Fernando Trejos, profesor e investigador de Ciencia Política de la Universidad del Norte, explicó que la iniciativa del Centro Democrático fue 'un acto político que consolidó las alianzas del plebiscito'.
Sobre el particular, explicó que a la bancada uribista se unieron las iglesias evangélicas, el exprocurador Alejandro Ordóñez y parte del conservatismo. 'Por ejemplo, Marta L. Ramírez ratificó que es cercana a este sector', precisó.
Pero esa unión, advirtió, respondió a una campaña 'hecha con mentiras'. 'Se incluyeron en la agenda política temas valóricos y morales. En ese momento se habló de la defensa de las familias por la llamada ideología de género, eso se lo inventaron'.
Y, precisamente, continuó, allí es donde estuvo el aporte de las iglesias: 'Las iglesias evangélicas son estructuras verticales que no abren espacios de discusión o debate, sino que un pastor da una directrices y los demás las cumplen'.
MAYOR POLARIZACIÓN
En consecuencia, continuó Trejos, las campañas presidenciales que se avecinan estarán marcadas por 'políticas basadas en mentiras'. 'Va a ser dura y va a superar la polarización, producto del plebiscito'. Así las cosas, 'el tema de la posverdad se va a volver el pan de cada día'.
Además, dijo que los debates que se darán en las campañas serán debates 'pobres' basados en propuestas poco reales. 'Serán debates basados en memes, porque no hay una argumentación real', señaló.
En ese sentido, mencionó el desatino del senador Daniel Cabrales al culpar a las Farc de la tragedia en Mocoa, Putumayo. 'Esto es un ejemplo de cómo se utiliza una tragedia para capitalizar una ideología. Y, es muy probable, que mucha gente todavía esté creyendo que el desastre ocurrió a causa de la detonación de artefactos explosivos puestos por la guerrilla'.
Finalmente, afirmó: 'Esto de las mentiras políticas es una nueva tendencia que se viene dando en Occidente y ya tocó a América Latina'.
Al respecto, mencionó la reciente campaña presidencial de EEUU: 'Fue ganada por Donald Trump con muchas mentiras, y estando en la Presidencia sigue diciendo mentiras'.
De igual forma opinó el senador Arturo Char, de Cambio Radical, quien advirtió: 'De la marcha se desprende que, sin duda, hay inconformismo, hay malestar que algunos partidos recogen, como lo que pasó en EEUU, había un inconformismo alrededor de Obama y lo pudo recoger Trump'.
Y añadió: 'Lo que está sucediendo es que en todas las situaciones de coyuntura aparece alguien poniendo una bandera política. Con el tema de la corrupción aparecen personas que quieren adueñarse de esa bandera, al mismo Electricaribe ya quieren ponerle también una bandera política'. 'Los partidos políticos no estamos llamados a embarcarnos en la tendencia mediática que puedan generar las coyunturas, sino a construir visiones a largo plazo', dijo.
A su vez, el senador del Polo Democrático, Iván Cepeda, indicó sobre la asistencia a la marcha del sábado: 'No vi algo desbordante. En las movilizaciones después del 2 de octubre en defensa de la paz había muchísima más gente. No veo un fenómeno nuevo que merezca la pena ser resaltado como algo inusitado'.
Asimismo, indicó tajantemente que la intención del uribismo es 'hacerle daño al proceso de paz', y, aclaró, 'es legítimo hacer uso de la protesta, pero quieren hacer daño al proceso de paz que va consolidándose y teniendo resultados exitosos'.
Desinformación
Para Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento a los Diálogos de Paz de la Universidad Nacional, 'eso de intenciones ciudadanas no existen, todas las intenciones son políticas'. No obstante, aseguró, los partidos no reconocen esto 'porque si no les va bien pueden decir que eran los ciudadanos los que habían convocado'. Con respecto a la participación de un sector de las iglesias cristianas, dijo: 'Todos los grupos pequeños en la sociedad siempre tratan de escudarse bajo figuras de frentes, acuerdos, coaliciones, para ver si se muestran un poquito más grandes de lo que son'.
Y agregó: 'Se esconden con los pastores, con los líderes conservadores, con algunos líderes empresariales'.
Pero, finalizó, 'hay un problema de desinformación en parte de esa población. Creen que sus valores están en riesgo por acciones importantes para el país como la terminación del conflicto armado, pero ese fanatismo, seguramente, lo estimulan algunos de estos pastores'.