Compartir:

María Doris Tejada no pierde la esperanza de que entre los restos hallados en el cementerio alterno de El Copey, Cesar, estén los de su hijo Óscar Morales Tejada, quien desapareció en enero de 2008 en Cúcuta junto a otros jóvenes siguiendo una supuesta oferta laboral en Valledupar. Como ella son cientos de familiares los que les siguen el rastro a sus seres queridos que terminaron como ‘falsos positivos’ en este departamento.

Ellos vivían en Fusagasugá. Óscar viajó a visitar a su hermano a Cúcuta, pero no regresó. El 31 de diciembre de 2007 fue la última vez que se comunicó con su familia, que regresaba antes del 6 de enero, pero no volvió. Empezaron a buscarlo, y luego de varios años la Fiscalía le reportó a Doris que había sido muerto en combate con el Ejército en El Copey. Desde aquel junio de 2011, cuando confirmaron su asesinato, inició una lucha por encontrar los restos de su hijo, que, para la época de su desaparición, tenía 26 años.

'Es muy importante que después de todos estos años sea la primera vez que las familias de David Bilbao, Germán Leal y mi hijo nos encontremos en este lugar donde posiblemente estén sus cuerpos', dijo la mujer que acompañó a la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas durante la intervención en el campo santo de El Copey, protegido con medidas cautelares por la Jurisdicción Especial para La Paz, JEP, ante la posibilidad de que decenas de víctimas de desaparición forzada y ejecuciones extrajudiciales estén sepultados en el sitio.