Muere Julio Arnedo, el rey del saxofón en Colombia
El músico nacido en Turbaco, Bolívar, falleció este jueves a los 90 años en la ciudad de Bogotá.
La música tropical colombiana está de luto. Este jueves falleció el músico Turbaquero Julio César Arnedo Padilla, a los 90 años en la ciudad de Bogotá.
Desde muy pequeño se interesó por la música, tanto así, que a los 6 años no dejaba la ocarina, un instrumento de viento hecho con barro o hueso, que le había regalado su papá. Sin embargo, quienes marcaron la vida de la leyenda de la música tropical colombiana fueron sus tíos Gilberto y José Adán Armero, quienes le enseñaron a tocar el saxofón.
Arnedo Padilla nació el 12 de septiembre de 1932, hizo parte de la orquesta cartagenera ‘Los Pipiolos’, que era dirigida por su primo hermano Edgardo "el Cepo de Pollo" Sotomayor. En 1951, con la solo 19 años llegó a la ciudad de Bogotá en donde se convertiría en una leyenda para la música tropical colombiana, específicamente, para el jazz.
En una entrevista realizada por el investigador Manuel Antonio Rodríguez, Julio recuerda no haber estado del todo convencido de haber viajado a Bogotá.
“El primo mío, Carlos Arnedo, que estaba radicado en Bogotá, nos mandó un pasaje a Arnulfo, otro primo, y a mí. Yo dudé mucho para venir porque me decían que aquí el frío era muy tremendo. Al final terminaron por convencerme. Apenas me bajé del avión yo sentí ese frío y lo primero que le dije a Arnulfo fue ‘oye cuadro, no creas que yo voy a durar aquí más de un mes’. Pero Arnulfo dijo que nos teníamos que quedar porque ya había un contrato y teníamos que cumplir. Ese mismo día que llegamos tuvimos que trabajar”, aseguró Arnedo.
Cuando llegó a la capital del país, el músico tocaba el clarinete. Sin embargo, por cosas del destino conoció el jazz. Una vez escuchó el disco de Coleman Hawkins, un saxofonista estadounidense, y se enamoró del sonido. Tanto así, que aseguró que el saxofón era su instrumento.
“Yo empecé a escuchar jazz comprando discos que eran de foxtrot y los tocábamos porque a la gente le gustaba mucho y lo bailaban”, se lee en el libro ‘Doce músicos pineros del jazz en Bogotá’, del baterista y escritor Javier Aguilera.
Bogotá conoció a su esposa, Amanda, una mujer ecuatoriana con quien tuvo siete hijos, dos de los cuales, siguieron sus pasos en la música, Gilberto y Antonio Arnedo, quienes también son grandes exponentes del jazz en el país.
