El nuevo ministro de Gobierno (Interior), Marco Antonio Oviedo, afirmó que Bolivia “no tiene por qué aislarse ni estigmatizar la cooperación”, al defender la posibilidad del retorno de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) después de 16 años de su expulsión del país andino.
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“Vamos a contar con la colaboración de varias agencias y de varios países que nos ayuden en la lucha contra delitos transnacionales y graves, entre ellos, obviamente, está la DEA”, indicó Oviedo ante periodistas bolivianos, al remarcar que la cooperación internacional será clave para fortalecer las capacidades del Estado frente al avance del narcotráfico.
El ministro Oviedo evitó precisar si existe un acuerdo formal en marcha, pero insistió en la necesidad de “superar prejuicios” y de “retomar vínculos técnicos” que, a su juicio, podrían ayudar a modernizar los sistemas de inteligencia y respuesta ante el narcotráfico.
En paralelo, el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Christopher Landau, declaró el lunes en una conferencia que su país está listo para cooperar con Bolivia.
“Estados Unidos está dispuesto a colaborar con Bolivia en la lucha contra el narcotráfico, si el Gobierno lo solicita”, señaló Landau.
El posible retorno de la DEA reaviva un debate político en Bolivia, donde su expulsión en el pasado estuvo acompañada de acusaciones de injerencia. El Gobierno de Rodrigo Paz Pereira, sin embargo, ha manifestado que cualquier acuerdo futuro deberá regirse por principios de transparencia, respeto mutuo y soberanía nacional.
Hasta el momento, no se ha anunciado una fecha ni un mecanismo formal para el eventual regreso de la agencia estadounidense, pero las declaraciones del ministro Oviedo marcan un cambio de tono respecto a la política antidroga de años anteriores.
El presidente Rodrigo Paz ha expresado varias veces su voluntad de restituir las relaciones con Estados Unidos, que se mantienen a nivel de encargados de Negocios desde que en 2008 el entonces presidente Evo Morales (2006-2019) expulsó de Bolivia al entonces embajador estadounidense Philip Goldberg.
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Evo Morales echó a Goldberg y también a las agencias estadounidenses de cooperación y antidrogas, acusándoles de una supuesta conspiración contra su Gobierno, algo que la Casa Blanca siempre negó.
Morales y el ahora también expresidente Luis Arce (2020-2025), ambos izquierdistas del Movimiento al Socialismo (MAS), expresaron en las últimas semanas su preocupación ante un posible retorno de la DEA a Bolivia.
Paz sostuvo el día de su investidura el sábado que “todas las instituciones, no solo de Estados Unidos, sino de los países fronterizos con Bolivia que quieran trabajar conjuntamente y a nivel mundial para hacer de Bolivia un país más seguro, donde lo ilícito no es parte del cotidiano vivir, van a estar en Bolivia”.




















