Compartir:

En redes sociales se difundió un video que ha sembrado tanto sorpresa como dudas: las imágenes, supuestamente captadas desde un helicóptero sobre el lecho seco de un río en la Amazonía ecuatoriana, muestran lo que parece ser una anaconda de más de ocho metros de longitud.

El material se hizo viral a partir del viernes 9 de mayo, generando de inmediato un intenso debate en el entorno digital. Aunque el tamaño del reptil mostrado en el video ha dejado sorprendidos a muchos espectadores, una parte considerable de los internautas cuestiona su veracidad.

Entre las afirmaciones que han surgido en el marco de esta controversia, se menciona que algunos usuarios habrían consultado a Grok, la herramienta de inteligencia artificial de X, y que esta habría validado la veracidad del video. Sin embargo, esta supuesta validación no cuenta con verificación independiente.

Asimismo, se especula con que la anaconda vista en la grabación podría pertenecer a la especie Eunectes akayima, conocida como anaconda verde del norte.

Esta especie fue identificada como genéticamente distinta en 2024 por un equipo liderado por el herpetólogo australiano Bryan Fry, precisamente en expediciones realizadas en la misma región amazónica.

A pesar de la enorme difusión del video y las diversas teorías que circulan, es crucial señalar que, hasta el momento, no ha surgido ninguna confirmación oficial o evidencia que certifique la veracidad de la grabación, su ubicación real (Amazonía ecuatoriana) o la fecha en la que fue supuestamente filmada.

La aparición de este video viral coincide con otros avistamientos recientes de anacondas de gran tamaño que sí han sido debidamente documentados.

Un ejemplo verificable es el registrado en la Reserva Natural Hato La Aurora, en Casanare, Colombia, donde el biólogo y fotógrafo Sebastián Di Domenico logró filmar un notorio ejemplar de anaconda verde que medía aproximadamente cinco metros.

La facilidad actual para crear, editar y compartir contenido audiovisual en la era digital hace que grabaciones no verificadas como la del supuesto video de la anaconda gigante generen gran interés, pero también alimenten la incertidumbre sobre su veracidad, a diferencia de los registros que cuentan con respaldo científico o periodístico confirmado.