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Mujer e Igualdad

“El trabajo colectivo permite más espacios liderados por mujeres”

Juliana Hernández es una activista social, directora de Artemisas, una organización feminista que une la cultura, política y paz para lograr una transformación social que permita respetar los derechos del género.

Una gran fuente de inspiración protagonizada por la transformación social enriquece la vida de Juliana Hernández, una bogotana cofundadora de Extituto de Política Abierta. Integrante de la Red de Innovación Política de América Latina, profesional de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia, con énfasis en Asuntos Internacionales y especialista en Gerencia y Gestión Cultural.

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Actualmente se desempeña como directora de Artemisas, una organización feminista que tiene como objetivo la consolidación del poder colectivo a través de la construcción de redes solidarias y afectivas, y la creación de públicos que trabajen para el posicionamiento, visibilización, ampliación e irrupción de agendas feministas.

Hernández tiene la fiel convicción de que actuar en defensa de los derechos de las mujeres requiere un ejercicio diario plasmado en la esfera pública.

“Esto sucede cuando aprendemos que esas violencias, las opresiones y desigualdades que vivimos en la esfera privada suceden en todos los niveles desde lo micropersonal, hasta lo micropolítico y lo que vivimos en nuestros hogares”.

La paz y el activismo

El nacimiento de Artemisas no fue accidental. Y es que el origen de su nombre obedece al significado de la palabra: Artemisa era el nombre de una de las doce deidades que integraban el Olimpo de acuerdo a la mitología de la Antigua Grecia. Es la Diosa de la caza, la luna y el nacimiento. 

Cabe recordar la estrecha conexión que desde hace siglos posee la mujer con el cuerpo celeste, además, representa la independencia, autoconfianza y una de sus frases favoritas es: “puedo cuidarme yo misma”.

Sin embargo, cuando fue sembrada la primera semilla que logró florecer este proyecto en 2016 se consolidó como una fundación enfocada en generar proyectos culturales para la construcción de paz a través de nuevas narrativas. Esta visión también estuvo arraigada al plebiscito por la paz que se llevó a cabo ese mismo año en el país.

“Cuando perdemos el plebiscito nos volcamos a la calle y me enfoqué en ese ejercicio de activismo por la paz. De allí en adelante empezamos a trabajar con mujeres y surge la necesidad de entender que se requieren desarrollar estrategias y herramientas que ayuden a que las mujeres puedan cumplir sus sueños”.

Para Hernández, una gran mayoría de mujeres esconde sus sueños porque no existen posibilidades reales de cumplirlos.

“Las mejores tenemos la necesidad de volar, de emanciparnos, estar donde nos sintamos cómodas y seamos felices. Por eso en Artemisas queremos redes y espacios para lograr esto”.

 

Artemisas busca consolidar el poder colectivo a través de la construcción de redes solidarias y afectivas. Cortesía
Una salvación cotidiana

Entender que la revolución se da desde la construcción colectiva fue una de las premisas que motivaron a Hernández a continuar dando pasos en la organización, lo que la llevó a construir una idea que hoy en día se ha convertido en su refugio y salvación.

“La cultura, política y paz fueron las tres líneas que decidimos llevar a cabo en Artemisas. Entendimos que para promover un cambio cultural y poder construir sociedades feministas, donde entendemos que las desigualdades no solamente afectan a las mujeres sino a la mayoría de la población”.

El feminismo ha alcanzado una visibilidad mediática poco vista en los últimos años, la lucha se ha traducido en exigencia de mayores espacios en la vida pública, del reconocimiento de la violencia contra las mujeres, de la desigualdad salarial de la invisibilización del feminicidio, entre otros grandes problemas que permanecen y agudizan la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres.

“Tenemos una lucha por esas mayorías sociales que han sido olvidadas y que han sido deprimidas por estados construidos desde una visión solamente de hombres, entonces cuando comenzamos a construir la visión de Artemisas, la decisión es que queremos hacerlo colectivamente, lo comenzamos a hacer en grupos focales, a entrevistar a mujeres”.

De acuerdo con la activista, las redes solidarias y afectivas son fundamentales para brindar herramientas útiles que permitan fortalecer la incidencia en el campo político.

“Para poder generar activismo lo que hacemos es incidencia política, es decir, vamos construyendo un proceso que además surge desde las regiones, desde lo periférico como históricamente se han conocido a las regiones que están fuera de Bogotá”.

A través de estas dinámicas, Hernández tiene la convicción de que es más asequible negociar con una política que considera “patriarcal y centralista”.

Desde el 2016 abogaron por crear proyectos culturales para construir paz. Cortesía
“Juntar fuerzas para avanzar unidas”

Cuando surgió por primera vez la iniciativa fue llevado a cabo en el centro residencial Plaza de la Hoja de Bogotá. Con ello, lograron trabajar con mujeres víctimas del conflicto armado propendiendo por su autonomía económica. 

En 2020 hubo una reactivación bajo el contexto de la pandemia por la covid-19, entendiendo la necesidad de articularse como ciudadanía y sociedad civil para hacerle frente a la peor crisis social y económica de la historia reciente. 

“Nos conectamos con organizaciones del ecosistema cívico para articular procesos de incidencia política, apostarle a la formación en género y feminismos y fortalecer los sistemas democráticos de la región latinoamericana”.

Ser una de las conductoras de la organización representó para Hernández descubrir cada una de las nociones de poder que en ella existían. 

“En Artemisas he descubierto mi lado patriarcal y mi lado machista, he descubierto a la tirana que tengo que deconstruir porque yo además, aprendí el poder desde los hombres,  que creo que es lo que nos pasa a la mayoría de mujeres, porque no tenemos suficientes referentes para poder construir una noción del poder distinta”.

La lucha que congrega masas

“La unión hace la fuerza” una frase que se ha popularizado y que en este ámbito, pretende trazar un camino de esperanza para aquellas mujeres que a diario padecen la violación de sus derechos.

Es por ello que en Artemisas también se trabaja en la identificación de problemas con mujeres de diferentes departamentos del país para así, garantizar la representatividad de los temas priorizados por las mujeres en las agendas de aquellas que lleguen habitar los espacios de toma de decisiones.

“La única forma en la que las mujeres pueden salir de la pobreza y todas esas peleas se dan siempre en el plano político, y es un plano que muchas veces descuidamos las mujeres porque estamos muy decepcionados de la democracia, pero tiene que ser un espacio que ocupemos y que en ese espacio todas las demás luchas van a poder darse”.

Integrar este tipo de espacios es para Hernández un camino idóneo para concretar la lucha histórica que se emerge.

“Es que somos el 51% de la población, donde nuestras voces sean escuchadas realmente por quienes toman decisión y que seamos nosotras las que tomemos decisiones porque entre más mujeres estén en espacios de toma de decisión, vamos a poder resolver todo eso que aún no se ha resuelto”.

También luchan por brindar herramientas que cumplan los sueños de mujeres. Cortesía
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