
Crece preocupación por demora en obras contra erosión en Salamina
Piden analizar posible reducción de boca del Río Magdalena por el canal navegable y el dique direccional.
El plan maestro para la solución al problema de la erosión en Salamina, luego de la socialización de los estudios y diseños, sigue sumando voces de inconformismo. Esta vez es el ganadero Benjamín Santos, quien difiere de algunos conceptos.
A este salaminero raizal le asiste preocupación por el limbo económico en que se encuentra el proyecto y sostiene que un argumento de su duda es que "se ha perdido mucho tiempo".
"Los trabajos de control de erosión no se van a realizar de inmediato porque los dineros no están disponibles y en cuatro meses se pierde el tiempo propicio para trabajar durante el verano", precisó.
Señala que la erosión no se va a detener y que en cuatro meses, "estaría en jaque la cabecera municipal".
"Con óptica y sentido común, difiero de los diseños y especialmente el punto de los espolones, los cuales se van a construir con la misma técnica de las bolsas que no dieron resultados en contrataciones anteriores", anotó.
Enfatiza y dice estar seguro que, como en el reciente pasado, "en esta ocasión tampoco van a funcionar".
"Es el mismo sitio, es el mismo problema y es el mismo río, entonces nos preguntamos ¿por qué antes no funcionó el sistema y ahora aparente sí", reflexionó Santos.
Otra preocupación del ganadero es el dragado de la isla Tamarindo, no tanto por las dimensiones a eliminar sino por el hecho de que se vayan a utilizar las mismas dragas con que cuenta Cormagdalena, que - según su parecer - "son chatarras".
Benjamín Santos manifiesta que los salamineros tienen ahora una preocupación más y es la presión que desde el Atlántico se está ejerciendo sobre las obras del Plan Maestro bajo el entendido de que quizás éstas tendrían repercusiones en el canal de acceso.
Sin embargo dice que se debe estudiar también el impacto que produce el canal navegable y el dique direccional del Puerto de Barranquilla, que reduciría su desembocadura lo que repercutiría aguas arriba.
"Mientras los barcos se encallan en el puerto, el río arriba se desborda", enfatiza.
Agrega que "necesitamos una mesa técnica para estudiar la reducción de la boca del Río Magdalena por el canal navegable y el dique direccional y lo que repercute aguas arriba".
"Hago un llamado a Cormagdalena, a la UNGRD, Universidad del Magdalena, Corpamag y Mimambiente, a que antes de seguir haciendo intervenciones inapropiadas en el río, se haga un estudio del impacto ambiental regional que estudie los pro y los contras, desde la desembocadura hasta 100 kilómetros aguas arriba", puntualizó.