Óscar Lara Villarreal se muestra optimista, lleno de ánimo, pese a que el domingo, su fábrica, Muebles y Colchones Relax, ardió por completo y quedó reducida a cenizas.
Con seguridad dice que no puede agachar la cabeza, pues su deber es salir adelante. Señala que tiene que restablecer todo lo que servía para el sustento de su familia y las de los 110 trabajadores que lo acompañaban en las extensas jornadas laborales.
Este barranquillero, de 44 años, recuerda que fueron momentos angustiosos cuando vio en llamas el negocio que había sostenido con sudor y esmero a lo largo de 20 años. “El vigilante me llamó a la casa y me dijo: jefe, se prendió la empresa, esto está en llamas”.
Desde ese terrible momento, Óscar Lara no se le ha vuelto a despegar a la fábrica. En el día de ayer empezó a coordinar las tareas de remoción de hierros y escombros. Menos de la mitad de los obreros de la planta se dedicaron a retirar varillas y a sustraer los ductos de cobre que estaban bajo suelo.
También, el personal del área administrativa se dedicó a reorganizar la poca documentación que no fue alcanzada por el fuego y ni por el agua arrojada por los bomberos en las maniobras de sofocación.
Su familia, por su parte, se dedicó a atender a los clientes y proveedores de la empresa comercializadora de colchones, colchonetas, muebles y espumas.
“Vamos a renacer, en 4 meses volverá a armarse nuestro negocio. Espero que todas las personas se reintegren a trabajar, la parte administrativa, comercial y operativa. Aquí espero no dejar a nadie por fuera, sin trabajo”, expresa Lara.
Sin seguros. El propietario de Relax sostiene que su negocio no se encontraba asegurado porque ninguna firma aseguradora quiso aceptar un contrato. “Las firmas aseguradoras nos denominan empresa de alto riesgo, por eso era difícil que nos lo dieran”, agrega Lara.
Sobre el tema, Roxana Vélez, representante de la Federación de Aseguradores Colombianos, Fasecolda, indica que para empresas de este tipo es muy difícil que se permita o se otorgue un contrato, pero aclara que no es imposible. Este tipo de negocios —manifiesta— deben tener una serie de protecciones para que se puedan asegurar. “Hay diferentes formas de aseguramiento. La de franquicia deducible, por ejemplo, consiste en que cierto monto lo asume el asegurado y a partir de ahí la compañía paga”, agrega la ejecutiva.
Por su parte, Óscar Lara insiste en que no habrá pérdidas para nadie, es decir que a todas las personas, clientes y proveedores, se les cancelará el dinero que se les adeuda. “Nuestra meta es dejar la empresa como la teníamos, o mejor”. concluye.
“Trato injusto”
El propietario de Relax expresa que hay personas a las que no les afecta las dificultades de otros, e inclusive pasan por encima sin importarles si hacen daño. El empresario hacía referencia a un inconveniente que le sucedió con la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, que le cobró un dinero correspondiente a unos espacios en Festihogar, una feria con artículos para el hogar organizada la semana pasada.
“Llamamos el lunes para retirar los colchones y los accesorios que teníamos en la feria y nos dijeron que no los podíamos retirar hasta que pagáramos un estand que nos valía 770 mil pesos. Lo pagaré, pero me pareció un trato injusto el de ellos”, dijo.
Por Kenji Doku


