Se agudiza la situación en la sede de la Regional Norte del Instituto de Medicina Legal, en Barranquilla. Esto luego de que desde el pasado 20 de julio varios familiares de personas fallecidas denunciaran no solo desinformación alrededor de procesos y la demora en el servicio de liberación de cadáveres sino también en el mal estado en el que son entregados para sus honras fúnebres.
Ante un inclemente sol y las extensas jornadas de espera, estas familias no solo lidian con la tristeza. También se ha convertido en una situación incómoda soportar los malos olores que emanan de las instalaciones del instituto, situación que en un principio se creía que era normal, pero luego se conoció que dichos olores se filtraban por las precarias condiciones en las que se encuentra actualmente la morgue.
Abarrotada hasta el tope de cadáveres, un cuarto frío que no funciona y algunos cuerpos tirados, sin ningún tipo de conservación, son algunas de las escenas que describen varios de los trabajadores que allí laboran.
Pese a este panorama desolador y los múltiples señalamientos, la directora regional Norte del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Erika Vargas Sánchez, desmintió que haya fallas en la infraestructura de refrigeración. “Nuestro cuarto frío ha estado funcionando con normalidad. No hay ninguna emergencia sanitaria ni investigación abierta por mal manejo de los cadáveres. Se le hace seguimiento diario a las temperaturas”, afirmó.
Sin embargo, personas que circulan por la zona afirman que el olor es tan denso y penetrante que se ven obligados a usar tapabocas no solo por el hedor, sino también por el riesgo sanitario a contraer una enfermedad por la vía respiratoria.
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Ahora bien, de acuerdo con un blog publicado por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses sobre el ‘Impacto sobre la comunidad por la descomposición de cadáveres’, estos mencionan que las probabilidades de enfermarse por oler cuerpos en estado de descomposición es muy baja.
No obstante, es posible “Que también como producto de la descomposición de la materia orgánica (cadáveres de seres vivos), puedan generarse compuestos altamente tóxicos, como el sulfuro de hidrógeno, que sí puede llegar a causar la muerte, pero solo en casos de cadáveres descompuestos y acumulados en espacios confinados como cuevas. Por eso siempre se debe tener precaución de entrar a sitios cerrados profundos y sin ninguna ventilación, ya que se podría exponer a gases tóxicos de este tipo”, se lee en el informe.
Aunque la morgue de Medicina Legal no esté bajo suelo, sí podría estar en juego la integridad no solo de las personas que esperan los cuerpos afuera de las instalaciones, sino también la de los mismos trabajadores que los tratan.
“Estamos cansados de esta burla”
Frente a esta situación, EL HERALDO se trasladó hasta la sede de Medicina Legal y entrevistó a varias de estas personas que aguardan en el sitio por los cuerpos de sus familiares, mismos que lo describen como una ‘tormentosa diligencia’ que complica en gran manera el dolor.

“Cuatro días esperando que nos den una respuesta y ni siquiera, nos dicen: ‘mañana, pasado’. Ya estamos cansados de esta burla que nos están haciendo, necesitamos que nos solucionen, ya está bueno, nos sentimos deprimidos, nos sentimos indignados con el trato”, expresó una de las personas.
Otra de las víctimas de esta problemática indicó que los malos olores en la institución estaban presentes desde hacía más de siete meses.
“Hace siete meses estuve aquí en Medicina Legal y sí estaban estos olores, pero pensé que era algo normal. Pero hoy que estoy por acá cerca haciendo unas diligencias, confirmo que persisten los olores y que están en muy malas condiciones. Acá al frente hay una escuela donde hay niños y todo eso los está perjudicando”, afirmó el ciudadano.
Esta casa editorial conoció por medio de un empleado de una de las funerarias que recogen cuerpos en Medicina Legal que las condiciones en el sitio son tan terribles que el grado de descomposición de los cuerpos es tan avanzado que incluso tienen gusanos.
“Me ha tocado en ocasiones llevarme cuerpos con gusanos, en estados sumamente horribles, la higiene allá está por los cielos, es necesario colocarse el traje de bioseguridad antes de entrar porque hasta la misma ropa se impregna de todo ese olor putrefacto”, señaló.
Los ciudadanos han revelado incluso que, por esta situación del avanzado estado de descomposición de los cuerpos, el valor de los servicios funerarios se ha encarecido, acción que ha terminado por empeorar el panorama.
Veeduría y Defensoría están frente al caso
EL HERALDO entrevistó a Rubén Moreno De Las Salas, presidente y representante legal de la Veeduría Ciudadana de la Región Caribe (VEECIRECAR), quien detalló las terribles condiciones en las que funciona la morgue de Medicina Legal.
“Hay un cuarto frío donde nada más caben 16 cadáveres, hoy en día existen 83 muertos y todos esos no entran. Ahora mismo, los malos olores que transmiten medicina legal, está afectando a toda esa comunidad, principalmente el Instituto Inocencio Chincá, el director tiene que enviar a los estudiantes para su casa, porque los olores son demasiado fuertes”, manifestó Moreno.
Según el presidente de la veeduría, una de las posibles soluciones para esta problemática sería comprar unos contenedores refrigerados para almacenar dichos cuerpos que hoy están descomponiéndose.
“En Barranquilla hay una entidad que venden unos contenedores refrigeradores de varios tamaños. En medicina legal se necesitan unos contenedores de 40 pies. A esos contenedores le caben 25 cadáveres. Entonces, es justo que tengamos cuatro contenedores de esos donde puedan ellos almacenar 100 cadáveres sin temer a que se pudran”, afirmó.
Moreno criticó la administración de la directora seccional Atlántico Marjorie Cervantes, quien afirma que no existe un presupuesto para comprar dichos contenedores ni realizar una expansión a gran escala del cuarto frío.
“Barranquilla necesita un buen servicio en Medicina Legal. Si hay que sacar a la directora por falta de gestión aunque me digan: ‘Nosotros no tenemos presupuesto’. Eso no me llena a mí, estamos hablando de una crisis sanitaria”, finalizó.