Cuestionó “la continua negativa pública (de Hamás) a desarmarse”.
La nobel de la Paz dijo que se trata de “intimidaciones directas, reiteradas y dirigidas a personas totalmente indefensas, privadas de libertad y bajo custodia estatal”.
El sentenciado habría admitido que decidió convertirse en mercenario debido a dificultades financieras que experimentaba en Colombia.
La Corte Suprema autorizó su intervención para tratar dos hernias inguinales.