Lo que para muchos fue un plan obligado en diciembre —caminar junto al río, asistir a eventos y disfrutar del alumbrado— para otros terminó siendo una experiencia marcada por largos trancones, embotellamientos y dificultades para entrar o salir del Gran Malecón del Río. Durante las festividades de fin de año, la movilidad en este emblemático sector de Barranquilla colapsó, dejando en evidencia una problemática que ya no se puede seguir aplazando.
Conductores atrapados por más de una hora, peatones caminando entre filas interminables de vehículos y residentes del sector sin poder ingresar a sus viviendas fueron escenas recurrentes durante varios días de diciembre. La falta de vías alternas, zonas de parqueo suficientes y un plan de manejo de tráfico efectivo terminó convirtiendo la visita al Malecón en un verdadero dolor de cabeza.
La preocupación aumenta si se tiene en cuenta lo que está por venir. La culminación de nuevos proyectos inmobiliarios en la zona y el anuncio de un Movistar Arena —escenario que atraerá miles de personas para conciertos y eventos masivos— podrían agravar aún más el panorama si no se adoptan medidas de fondo desde ahora.
Una voz experta
Para el consultor en movilidad y seguridad vial Isidro Ruiz Estrada, lo ocurrido en diciembre no es un hecho aislado, sino una advertencia clara de lo que viene si no se toman decisiones estructurales.
“Aquí hay temas de corto, mediano y muy largo plazo, pero el trasfondo es la falta de planeación. El crecimiento inmobiliario que se está dando en este cuadrante va a terminar colapsando la Vía 40 y todo el sistema vial del Malecón”, explicó.
El experto advirtió que el panorama podría tornarse insostenible cuando entren en funcionamiento los proyectos residenciales y escenarios de gran afluencia como el Movistar Arena.
“Cuando haya eventos rutinarios, conciertos o partidos, la congestión no solo se sentirá en la 72 o la 79B, sino en vías como la 77, la 76, la 80 e incluso barrios como Paraíso, como si estuviéramos en pleno carnaval”, señaló.
Ruiz Estrada señala como prioridad completar la vía del Malecón hasta Las Flores para aliviar la congestión hacia el norte, aunque admite que es una obra compleja y costosa.
Mientras tanto, propone medidas a corto plazo como mejorar los accesos alternos y aplicar pico y placa temporal en fechas de alta demanda. A mediano plazo, sugiere fortalecer el transporte público, crear rutas turísticas frecuentes y promover la micromovilidad. Además, hace un llamado a la corresponsabilidad ciudadana, recomendando reducir el uso del vehículo particular y compartir el carro.

Impacto en el turismo
A este panorama se suma el impacto positivo que el Malecón ya está teniendo en el turismo regional. Jorge Flores, gerente de Receptivos Cartagena, confirmó que Barranquilla se ha convertido en un destino cada vez más atractivo para visitantes que llegan inicialmente a la capital de Bolívar.
“Tenemos ventas concretas, sobre todo con personas que vienen a Cartagena, pero quieren conocer Barranquilla, subir al Malecón y recorrer esta zona. Para enero ya tenemos grupos cerrados”, explicó.
Según Flores, solo para enero ya cuentan con un grupo de 60 a 70 personas confirmadas, mientras que en diciembre han movilizado alrededor de 82 visitantes hacia el Malecón. “Eso nos beneficia mucho en términos económicos, porque hay más ventas y más movimiento turístico”, señaló.
Los usuarios
Eduardo Lozano, taxista desde hace 20 años, no dudo en calificar la situación como “terrible”. Aseguró que, salvo en carnaval —cuando se aplica pico y placa—, el resto del año el Malecón colapsa.
Según comentó, entre sus colegas es común escuchar que prefieren dejar a los pasajeros en la Vía 40 antes que intentar ingresar al sector.
Una experiencia similar relató Carlos Hincapié, conductor que trabaja desde hace cuatro años en la zona. Aunque reconoce que en el día el movimiento puede ser más suave, señaló que en las noches la movilidad es “muy, muy difícil”.
“El 25 de diciembre decidí no entrar al Malecón porque se pierde mucho tiempo. La entrada y la salida son prácticamente imposibles”, explicó,
Desde la mirada de un usuario frecuente, Javier Ospina consideró que la movilidad en el Malecón es “totalmente intransitable”, incluso entre semana.
“Uno se puede demorar una o dos horas y, además, no hay dónde parquear. Los parqueaderos no dan abasto”, sostuvo.
Para él, aunque existe presencia de autoridades, el control resulta insuficiente frente al alto flujo de vehículos.
Los conductores coinciden en varios llamados: reducir el uso del carro particular, fortalecer la orientación vial, aumentar el número de guías de movilidad y habilitar zonas de parqueo temporales en fechas de alta afluencia.

Obras viales planeadas para evitar colapso y mejorar el acceso
Pese a este panorama, desde el Distrito se ha reiterado la intención de seguir fortaleciendo la malla vial en este sector estratégico de la ciudad, con el objetivo de evitar el colapso de avenidas cercanas como la Vía 40.
En esa línea, semanas atrás el alcalde Alejandro Char anunció la prolongación de la calle 84 hasta el Gran Malecón, una obra que contará con dos calzadas vehiculares de dos carriles por sentido, para un total de cuatro carriles.
A este proyecto se suma la ampliación de la calle 72, que también representaría un plus importante para la movilidad hacia y desde el Malecón, al ofrecer una vía de mayor capacidad para distribuir el flujo vehicular y reducir los tiempos de desplazamiento en esta zona de alta afluencia.
Cabe mencionar que entre el 24 y el 25 de diciembre, el Gran Malecón recibió a más de 111.300 visitantes. El balance deja ver un crecimiento notable: frente a las cerca de 75.000 personas que lo visitaron en la misma fecha del año anterior, este 2025 llegaron 36.300 personas más, lo que representa un aumento del 48,4 %.















