Hombres de los servicios de seguridad rusos y estadounidenses se mezclan en las soleadas calles de Helsinki con los turistas, mientras los 'anti' enarbolan sus carteles. La capital finlandesa se prepara para una cumbre histórica entre Donald Trump y Vladimir Putin.
'¡Por una vez pasa algo en Helsinki!', repiten sin cese los finladeses, contentos con la idea de que su país, de 5,5 millones de habitantes, se convierta en el centro del mundo por unas horas.
La cumbre, anunciada solo dos semanas antes de su celebración, es el mayor evento de este tipo organizado en esta capital nórdica desde el encuentro entre Bill Clinton y Boris Yeltsin en 1997. Las autoridades, tomadas por sorpresa, tuvieron que trabajar a marchas forzadas para garantizar la logística y la seguridad.
'Terroristas, y activistas si representan una amenaza o aparecen en los ficheros', precisa a la AFP el director adjunto de la guardia fronteriza, Kimmo Elomaa. El viernes las medidas ya eran perceptibles en el aeropuerto Vantaa de Helsinki, según una periodista de la AFP.
Hubo que llamar a miles de policías, guardacostas y socorristas que estaban de vacaciones.
'En pleno verano, imagínese', suspira Kimmo Elomaa.
El portavoz de la policía de Helsinki, Juha Hakola, vive su tercera cumbre Este-Oeste en 30 años de carrera y asegura que la jornada del 16 de julio será 'tranquila y sin problemas'.
'Entre las mejores' del mundo
En el largo bulevar Mannerheim, policías y agentes de la red vial sellaban el viernes las bocas del alcantarillado.
En la Explanada, una avenida comercial llena de turistas, empezaban a levantarse barreras. Entre el sábado y el lunes hay varias manifestaciones previstas y hay que evitar a toda costa que deriven hacia el palacio presidencial, a unos cientos de metros.
Para el alcalde de la ciudad, el conservador Jan Vapaavuori, 'Helsinki es la ciudad más segura, la más limpia, la más funcional, la más habitable del mundo'. 'O al menos está entre las mejores', puntualiza en declaraciones a la AFP.
Pero en la plaza del mercado, los vendedores de pescado, baratijas y carne ahumada se quejan, pues tendrán que liberar el espacio a pesar de que cada día llegan ferris repletos de turistas.
'Make America Trade Again'
Tampoco faltarán las manifestaciones. La más importante, 'Helsinki calling!', prevista el domingo, pondrá el foco en cuestiones que, según los convocantes, descuidan ambos presidentes, como los derechos humanos, la democracia, la libertad de expresión y la suerte de los refugiados.
'En Finlandia tratamos a los niños como personas. No los metemos en jaulas', dijo Peter Vesterbacka, uno de los creadores del videojuego Angry Birds, una crítica contra Washington por el escándalo de los niños refugiados que son separados de sus padres en la frontera entre México y Estados Unidos.
La autora Sofi Oksanen, conocida en el extranjero por la novela 'Purga', leerá textos del cineasta ucraniano Oleg Sentsov, encarcelado en Rusia y en huelga de hambre desde mediados de mayo.
La protesta espera reunir a unas 15.000 personas, aunque el viernes apenas 2.000 personas se habían mostrado interesadas en Facebook.
Más allá de los conciertos de metal y los partidos de hockey, las grandes concentraciones son poco frecuentes en Finlandia. La marcha del Orgullo Gay batió un récord absoluto el 30 de junio, con 100.000 participantes. Y en pleno verano, no se espera una gran participación en las protestas anti-Trump y anti-Putin.
Incluso los jóvenes del Partido de la Coalición Nacional (derecha) saldrán a la calle el día de la cumbre, aunque esperan una modesta asistencia de 'entre 20 y 30' participantes.
'A Trump le decimos 'Make America Trade Again', por el comercio sin obstáculos, contra la guerra comercial. Y a Putin, 'No a la ocupación militar ilegal de Ucrania'', dijo a la AFP su presidente, Henrik Vuornos.
Se espera que unos 2.000 periodistas cubran la cumbre. Y, como es obvio, los organizadores les instalaron en la sala de prensa... una sauna.