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 La sentencia del Tribunal Supremo alemán que obliga a un hombre a hacerse cargo de los gastos de la atención de su padre, ya fallecido, a pesar de que ambos no habían mantenido ninguna relación durante décadas, ha ratificado la imposibilidad del divorcio entre progenitores y vástagos en el país.

Los medios alemanes analizan hoy la resolución por la que un hombre de 60 años deberá sufragar 9.000 euros de la residencia en la que estuvo su padre, enterrado hace dos años, aunque hace cuarenta que los dos habían roto su relación.

'¿Qué deben pagar los hijos y qué no?', '¿Y durante cuánto tiempo deben pagar los padres por sus hijos', se pregunta hoy el popular diario 'Bild', lectura diaria de millones de alemanes.

La polémica sentencia que ha determinado la obligación del hijo a hacerse cargo de los gastos del padre se une la legislación y la jurisprudencia que obliga a los progenitores a sufragar los gastos de los hijos mientras estudien o hagan una formación profesional, aunque sean mayores de edad y hayan decidido vivir por su cuenta.

Hay incluso tablas que ayudan a los jueces a determinar el monto mensual que los padres deben transferir a los hijos para garantizar su manutención, dependiendo de su salario.

Por regla general, si los progenitores cobran menos de 1.000 euros no estarán obligados a ello, pero, por ejemplo, si su salario se sitúa entre los 1.900 euros y los 2.300 netos mensuales y tienen dos hijos deberán ayudar con alrededor de 530 euros a cada uno.

La excepción son los estudiantes universitarios mayores de 25, que deben asumir ya sus propios gastos sin contar con ayuda de sus padres.

A esas obligaciones de los padres se unen las de los hijos, subrayadas por la sentencia del Supremo.

En general, los vástagos deberán hacerse cargo de aquello que no alcanza a cubrir la seguridad social.

En el caso de los gastos de cuidados especiales por ancianidad o enfermedad la seguridad social cubre un máximo de 1.550 euros el mes, insuficientes si el padre o la madre viven en una residencia de cuidados especiales.

Si la pensión o el patrimonio del padre o la madre no alcanza para cubrir la diferencia, entonces los hijos, en la medida de las posibilidades que les dan sus ingresos, están obligados legalmente a asumirla.

La legislación y otras sentencias han ido perfilando esas obligaciones financieras de los hijos.

Si, por ejemplo, estos tienen ingresos anuales superiores a 100.000 euros, deberán ayudar a sus padres si no pueden hacerse cargo de sus gastos básicos, algo de lo que se responsabilizan los servicios sociales en el resto de los casos.

La obligación de ayudar a los padres, sin embargo, puede quedar eliminada en el caso en que estos hayan vivido en un lujo exagerado, malgastando su dinero y sin apoyar a los hijos en su formación profesional, algo que estos últimos deben demostrar con facturas y testimonios.

EFE