Después de siete años de matrimonio, David Marín decidió que esa unión terminaría. Ese primer paso de la separación de cuerpos ocurrió hace siete años, aunque solo hasta hace dos se dio el proceso de divorcio legal.
'Por problemas económicos, intervención de terceros en la relación' fue que acabó esa relación que dejó como fruto una hija que actualmente tiene 16 años.
Todo es 'con el tiempo', explica David. 'Primero se pasa un tiempo separados y después yo tomé la decisión de divorciarme. Se lo comenté y ella acepta porque ya tenía una pareja también'.
Entre enero y junio de 2018 se divorciaron 10.666 parejas, mientras en el 2017 la cantidad fue de 10.841, según cifras de la Superintendencia de Notariado y Registro. Durante el año pasado el mes con más divorcios informados fue diciembre, con 2.255.
En lo que va del año, han sido 422 los divorcios de parejas barranquilleras, frente a 1.233 en el Atlántico.
El Instituto de la Familia de la Universidad de La Sabana presentó esta semana en Barranquilla el Primer Informe sobre los resultados obtenidos en la encuesta ‘Termómetro de la familia en la Región Caribe de Colombia’, un proyecto que analizó los núcleos familiares de diversas ciudades de la Región y los motivos por los que parejas como la de David se separaban después de varios años de matrimonio, así como las dinámicas dentro de las familias.
En esta encuesta, aplicada a 1.342 personas de la región, el 12% de los encuestados dijo estar divorciado legalmente o con nulidad de matrimonio. De esa cifra de divorcios la principal razón de separación fue la infidelidad con el 34%, seguida de incompatibilidad con 24%.
El divorcio puede evitarse con terapia de pareja (psicólogo, pastor, sacerdote, rabino, entre otros) para reconstruir el vínculo conyugal, pero, manifiesta el sexólogo José Manuel González, 'en la cultura Caribe no está todavía la costumbre de pedir ayuda'.
En cuanto a la principal razón de divorcio en la Región, González sostiene que 'la infidelidad es mucho más común en la Región Caribe (de hecho es socialmente aceptada) y eso lleva hoy a divorcios porque la mujer moderna, a diferencia de nuestras abuelitas, la rechazan'.
Comparando con el termómetro de Bogotá, donde se encuestaron 1.073 núcleos familiares, el 26% dijo ser divorciado. Las principales razones son incompatibilidad y problemas de comunicación, con 31% cada uno.
González sostiene que él tiene consultorios en Bogotá y Barranquilla desde hace unos 5 años y 'la cultura de los pacientes aquí y allá es muy diferente. Eso se refleja en las crisis. Los bogotanos se preocupan mucho más por la compatibilidad y el disfrute mutuo del matrimonio, ven la pareja matrimonial con una visión menos machista'.
En contraste a lo anterior, Cristian Conen, master Universitario en Matrimonio y Familia y doctor en Derecho Matrimonial, explica que estamos en un momento histórico y cultural en el que existen las mejores condiciones para que tener calidades altas de vida matrimonial. 'Reconocimiento de igualdad entre hombre y mujer, vamos dejando atrás el machismo. En la mayoría de nuestras culturas latinoamericanas avanza la libertad en la elección de la persona con la que uno quiere compartir la vida. Además, hay más expectativa de la calidad en las relaciones, más calidad afectiva y quizá la autonomía económica de la mujer hace que el esposo no tenga un instrumento de manipulación'.
Sin embargo, el experto indica que 'Colombia está en emergencia familiar' debido a las bajas cifras de parejas que contraen matrimonio y las altas en temas de divorcio.
El tiempo de duración del matrimonio de estas parejas antes del divorcio en Bogotá fue de 1 a 4 años con el 39%, mientras que en Barranquilla el 37% manifestó que la duración fue de 10 o más años.
'Hay varias razones para entender por qué se esperan varios años. Una de ellas es que las personas, aunque ya han decidido divorciarse de su pareja, esperan que los hijos crezcan para expresar su deseo de divorciarse', sugiere el sexólogo.
González agrega que en otras oportunidades hay mujeres que esperan que sus hijos entren a la vida adulta para divorciarse. 'Otras veces las razones económicas impiden el divorcio. Entonces la persona espera mucho tiempo hasta tener los ingresos necesarios para romper la relación y vivir con sus propios ingresos. Esperan en silencio, pero la decisión ya está tomada'.
Ante este punto del tiempo de duración de los matrimonios antes del divorcio en la región, Ana Margarita Romero, directora del Instituto de la familia, señala que 'puede llegar a ser más beneficioso para los hijos porque estarán más grandes'.
David califica como un 'proceso' el que su hija aceptara la separación de sus padres.
'En los primeros años la veía cada domingo, le explicábamos por qué no estábamos juntos. No me alejé de ella, estaba ahí para que no sintiera una ausencia. Poco a poco lo aceptó y se acostumbró'.
Muchas razones
La infidelidad, tanto femenina como masculina, se produce por varias causas, dice el sexólogo.
Algunas de ellas son el irrespeto, la falta de comunicación, no sentirse valorado por la otra persona, los insultos y humillaciones, la permisividad de la cultura, la falta de emociones y los problemas sexuales.
González destaca que 'el sexo no es la principal causa. La persona infiel puede estar motivada por muchas razones no sexuales, como la venganza, el deseo de sentirse importante o el deseo de sentirse sexy. Una buena pregunta para reflexionar es: ¿Haces que tu pareja se sienta sexy y deseable?'.
Para Conen, el rechazo actual de los jóvenes al matrimonio 'no es real', sino 'un rechazo a una idea deformada del matrimonio o creer que sigue siendo de una forma patriarcal. En realidad se rechaza cómo se vivió el matrimonio antes'.
Las nuevas generaciones no ven el matrimonio como una meta importante, asegura González. Antes las mujeres presionaban y eran presionadas para casarse muy jóvenes. Se hablaba de 'te deja el tren'.
'Hoy no. Además del desprestigio que el matrimonio tiene (por culpa de la generación anterior), influye el deseo de comprar carro, casa, vivir bien y viajar que nos vende la publicidad. Veo muchos jóvenes de ambos sexos más preocupados por ganar dinero que por formar una familia'.
Tanto González como Conen enfatizan en que hace falta una buena educación para el amor y la sexualidad, que hoy no se está dando ni en los hogares, colegios o universidades.
Sostiene Conen 'que un joven colombiano sea honrado, solidario o compasivo, importa un rábano a los estándares de calidad. Cuando durante toda su vida solo es evaluado en matemáticas o idiomas envía un mensaje no verbal que dice: la ética importa un rábano. Que constituyas familias sólidas tampoco importa'.
'Hay un tremendo analfabetismo humanista y amoroso. Muchas jóvenes creen que para fundar una familia basta el enamoramiento y la química. No analizan que es necesario que hayan prioridades vitales, que sean un equipo, los hijos son de los dos, las labores de la casa de ambos. El noviazgo está para eso también, prepararse para...', concluye Conen.
La cena: el espacio para compartir
Diversos estudios han demostrado que comer al rededor de la mesa con toda la familia ayuda a la creación de lazos más fuertes, disminuye la violencia intrafamiliar y es un fuerte apoyo para la comunicación.
-¿Qué significa 'domesticar'?
- Es algo demasiado olvidado – dijo el zorro. – Significa 'crear lazos...'
- Claro– dijo el zorro. – Todavía no eres para mí más que un niño parecido a otros cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para tí único en el mundo.
Con este fragmento de ‘El Principito’ Conen destaca la importancia del resultado a la pregunta de la frecuencia en la que cenan las familias costeñas. El 40% respondió que siempre, el 31% que casi siempre, 21% dijo a veces, el 4% respondió casi nunca y solo el 2% nunca.
'El tiempo genera vínculo. Sin tiempo familiar no hay vida familiar, es una utopía. Necesitamos tiempo', señala el experto. 'En las grandes capitales compartir una comida es cada vez más difícil por los horarios, la movilidad y demás', puntualiza.