El Satanás: una canción de amor que agita la verbena
Con antelación César Romero, picotero de “La Cobra de Barranquilla’, había recomendado a Ticotín traer especialmente Lps. de Lokassa Ya M’bongo, que para 1988 era uno de los artistas más emblemáticos a nivel de verbenas y bailes populares en el Caribe.
*Por Jhonatan Cantillo (especial)
Finalmente Ernesto Torres, el viejo Ticotín (QEPD), llegó de Estados Unidos cumpliendo un compromiso pactado con Julio Pereira, entonces propietario del picó El Rojo. El popular Ticotín, quien fuera un importante distribuidor de música afrocaribeña en el ámbito picotero, entregó a Pereira un paquete de discos. Con antelación César Romero, picotero de “La Cobra de Barranquilla’, había recomendado a Ticotín traer especialmente Lps. de Lokassa Ya M’bongo, que para 1988 era uno de los artistas más emblemáticos a nivel de verbenas y bailes populares en el Caribe.
Según lo acordado, Ticotín trajo de La Gran Manzana un Lp del sello Sillart, que inicialmente Romero percibió con cierta duda, pero al leer los créditos reconoció los nombres de Dally Kimoko, Pablo Lubadika y Shimita, y se dijo a sí mismo: “Esto debe ser bueno”. Tomó entonces la pasta e impulsado por una corazonada se dirigió a su casa. De inmediato encendió su tocadisco y ubicó la aguja en el track 1 (A). Era la primera vez que se escuchaba en Colombia: Tantina.
Transcurrían los primeros días de enero de 1989, y vientos de Carnaval empezaban a recorrer la Arenosa. El Boqui jamás olvidó la primera vez que escuchó aquel tema, y durante los siguientes días no hizo otra cosa que dejarse atrapar por sus vibraciones, imaginando la reacción que tendrían los bailadores y melómanos. De esta manera ingresa a la discografía de El Rojo, rebautizándola con el piconema: El Satanás, nombre con el que los verbeneros de toda Colombia identifican una de las canciones favoritas de Lokassa y de todo el repertorio africano.

El álbum traído desde New York era el Marcory Gasoil, una producción de 1988 dirigida por Lokassa, realizada en París en los estudios Harry Son. Este magnífico álbum compuesto por cuatro espectaculares canciones, sale al mercado como un Lp de Zitany Neil, y participan allí algunos de los más renombrados artistas congoleses de todos los tiempos: Shimita, Pablo Lubadika, Michel Lorenzt, Awilo, Philippe Guez, Dally Kimoko y Mawunga. Los mismos que leyó Romero en la contraportada aquella tarde víspera de Carnaval. Tantina haría su debut en los carnestolendas del 89. Una semana antes de aquel inolvidable Carnaval, El Rojo dejó electrizados los bailes La Rumba y La Playita, en la Ciudadela y Carrizal. Cuando el tour de El Rojo llegó a su clímax, oleadas de seguidores se sumaron a La Cobra en estas fiestas.
Los cuatro días de Carnaval este picó hizo presentaciones en: Las Camaleonas, La Playita, Derroche Juvenil, Maromeando en la 13 y A Pleno Sol, bailes populares de los barrios Simón Bolívar, Malambo y La Unión. Según la traducción de Paulo González Brum y Jonas Lusalusa, Tantina habla sobre el amor y está escrito en lingala, francés, kikongo, laari y swahili. Tantina es una expresión del francés creole que traduce: muchacha o chica. En una de sus visitas a Barranquilla el maestro Lokassa se impresionó cuando Paco Rastrillo le comentó que su canción se conocía como El Satanás. El guitarrista congolés, que en la canción es presentado por Neil como: La Mano de Dios (Loboko Ya Musanto), se asombró al saber el nombre acuñado por César Romero al castellanizar las animaciones en lengua Kikongo:Zikila! Sakana! (4). En español: compórtate, diviértete…
Aunque algunos desinformados quisieron estigmatizar la canción por su piconema, lo cierto es que el tema parte en dos la historia musical verbenera al tener todos los ingredientes de un gran éxito: guitarras coloridas y ritmo vibrante, una de las huellas imborrables de El Rojo que lo define como una institución musical de Barranquilla.