Los desmanes en la Unidad de Reacción Inmediata, URI, dejaron un interrogante que las autoridades están en la urgente necesidad de resolver para que no se produzca un hecho de consecuencias funestas: ¿se trató de un motín por hacinamiento o de una treta para ocultar un intento de fuga? Las más recientes informaciones de la Fiscalía parecen indicar que se trató de esto último.
Si fue lo primero, como se dijo al comienzo de este episodio, la explicación, más no la justificación, se conoce y es el escandaloso hacinamiento en el que se encuentran las personas allí detenidas. En las carceletas estaban encerradas 129 personas y la capacidad es de 50. Un escandaloso porcentaje de 258% de sobrecupo.
Si fue un intento de fuga, lo cual es muy probable, es necesario que las autoridades refuercen con todo su andamiaje los sitios en los que deben permanecer los capturados, cuyo número crece de manera galopante día a día.
La información de las últimas horas de ayer suministrada a este diario por la Fiscalía señala que los presos ubicados en una de las carceletas utilizaron varillas para intentar huir abriendo un hueco en la pared, por donde pretendían salir, y toda la protesta pudo ser una maniobra distractora que la Policía logró entorpecer con un oportuno operativo.
Después del episodio en la URI, ubicada en el corazón del centro de Barranquilla, en donde funcionó muchos años la Empresa de Teléfonos de esta ciudad, funcionarios del CTI encontraron un hueco en la pared, el cual habría sido abierto con varillas por un grupo de capturados. El plan era configurar una fuga masiva. Si antes había serios inconvenientes por la superpoblación carcelaria en esos sitios de reclusión, que son de paso mientras se define la situación legal del capturado, ahora la situación empeora debido a que una carceleta quedó inhabilitada.
Por lo pronto las autoridades tuvieron que apelar a una alternativa que alivia la URI, pero congestiona más las cárceles locales. 41 presos fueron traslados a la Cárcel Distrital del Bosque y a la Modelo en la Vía 40.
El hacinamiento carcelario en la región Caribe comienza por las URI y se extiende a las cárceles, en donde hay 13.885 reclusos, aunque el cupo real es de 7.763, lo cual significa un hacinamiento de 78.9%; 6.122 presos más de los que pueden estar recluidos. La situación es dramática para los internos, sean condenados o estén en proceso de investigación, lo mismo que para sus familiares, pues viven un drama por las condiciones en que son mantenidos los delincuentes, también con derechos, o quienes apenas son investigados.