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Tres días de luto nacional, decretado por el alto gobierno, para honrar la memoria de los más de 51 mil fallecidos a causa de la covid-19 en Colombia, entre ellos el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, y el presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT), Julio Roberto Gómez, cuyos decesos se confirmaron en las últimas horas luego de dar duras batallas contra el implacable virus que finalmente los venció.
Dos figuras públicas que en el desarrollo de su actividad política y sindical, respectivamente, ejercieron liderazgo y trabajaron durante décadas en beneficio del país y la ciudadanía, siendo fieles a sus convicciones e ideales.
Sus muertes tan lamentables como inesperadas, consecuencia de las complicaciones desatadas por el virus que deterioraron de manera progresiva su salud a pesar del esfuerzo del personal sanitario comprometido en su atención, embargan de una inmensa tristeza a sus familias, amigos, compañeros de lucha y a quienes respaldaron y acompañaron con lealtad su servicio profesional.
Hoy, conmovidos por estas pérdidas, colombianos de distintas orillas valoran su desempeño en la vida pública y destacan sus calidades personales.
De hecho, reconocidos contradictores del ministro han expresado sus sentimientos de pesar dando muestras de humanidad, tolerancia y compasión, valores siempre esenciales en un país sacudido a diario por hechos que rompen el alma debido a su crueldad y extrema violencia.
No es momento de mezquindad, ni de abrazar odios, sentimientos de venganza, rabia o rencor, tampoco de buscar liderazgos sustentados en la descalificación del otro, todo eso resulta autodestructivo. Es legítimo mantener diferencias o discrepancias, privilegiando el respeto: el disenso político siempre enriquece el debate y rompe el indeseable unanimismo incompatible con la democracia, norma de vida de una nación pluralista con equidad, derechos y garantías para todos defendida desde sus perspectivas por estos dos colombianos a quienes la covid les impidió seguir aportando al país.
Que este duelo nacional llame a una profunda reflexión para entender que esta crisis no es ideológica, sino sanitaria. Honremos la memoria de los miles de compatriotas fallecidos por el accionar sin distingo del virus asumiendo con mayor responsabilidad y coherencia su descomunal impacto, especialmente devastador durante el inicio de este año en el que ha arrebatado la vida de 341 personas cada día en promedio.
Una catástrofe con nombre y rostro propios que ha golpeado la cotidianidad de miles de hogares de todas las regiones del país que lloran a los suyos, triste realidad que nos ha convertido en una de las 12 naciones con más fallecidos por covid a nivel global.
Colombia afronta horas decisivas que exigen redoblar esfuerzos individuales para superar este desafío colectivo, además de acciones institucionales contundentes para acelerar el proceso de vacunación que contribuya a frenar el escalofriante recuento diario de muertos, retrato de la gravedad de esta crisis amenazante del bienestar de los hogares y la recuperación de la economía.
Para todas las familias de las más de 51 mil víctimas del virus, la absoluta solidaridad de la Casa Editorial EL HERALDO que se suma a este duelo nacional, y envía especialmente sus condolencias a los seres queridos del ministro Carlos Holmes Trujillo y del líder sindical, Julio Roberto Gómez, a quienes recordaremos con gratitud por su amable disposición y generosidad para siempre dar cabida a nuestra labor periodística. Paz en sus tumbas y en las de todos los colombianos que han muerto por este detestable virus.