Hoy hace exactamente un año, Transmetro inició su operación comercial en la ciudad. Aunque hasta el momento son muchos los logros alcanzados por este sistema de transporte masivo, todavía no se han llenado todas las expectativas de cobertura que el proyecto despertó desde su concepción, tanto en los usuarios como en sus administradores.
La razón de esto es que la implementación completa del sistema se alargó y se dividió por fases. En esta primera etapa, que aún no culmina, la apuesta es llegar al 35% de la ciudad. Esto ha incidido en que los índices de movilidad no sean los esperados.
Sin embargo, no es despreciable que hasta el mes de junio Transmetro tenga un promedio de 60 mil pasajeros diarios, cuando en diciembre de 2010 la cifra era de 30 mil; y gracias a la implementación de nuevas rutas alimentadoras, la meta para los próximos tres meses está en llegar a más de 100 mil pasajeros diarios.
'Es indispensable culminar la infraestructura, incluyendo las terminales en Soledad y Barranquillita, y las vías en Soledad, e introducir más buses para que las alimentadoras previstas entren en funcionamiento', dice Víctor Cantillo, profesor de Ingeniería Civil de Uninorte. Y agrega que falta completar la reestructuración del sistema de transporte colectivo o complementario y los intermunicipales.
Cantillo hizo parte del grupo de investigadores que trabajó en el estudio de Uninorte para implementar la Red Integrada de Transporte Metropolitano, donde se definieron zonas de operación y cambios profundos en la organización empresarial de los operadores. Este estudio, según Transmetro, ha servido de carta de navegación para la estructuración del sistema de transporte en la ciudad.
Aquí, uno de los mayores retos que debe afrontar el sistema tiene que ver con la desvinculación de buses del transporte público tradicional. Alexánder Castaño, subgerente de operaciones de Transmetro, indicó que en total son 1.113 buses de un inventario inicial de 3.696; mientras que el número de buses de Transmetro para el próximo año debe ampliarse a 300.
'Un logro que hemos tenido en esta primera etapa es que nos hemos integrarnos con el sistema de transporte colectivo, usando buses comunes que tienen convenio con nosotros', destaca Castaño.
Si bien, en principio, la implementación de este sistema ha provocado importantes cambios en los patrones de movilidad de Barranquilla y su área metropolitana, el impacto también se refleja en otras variables sociales y económicas.
Desde el punto de vista de productividad, los beneficios se cuentan en la medida en que se optimiza el recurso de transporte y se pone orden. 'Muchos usuarios han visto disminuir sus tiempos de viaje y la alternativa de un servicio con alto estándar. A su vez, los indicadores de accidentalidad son inferiores al servicio público tradicional', señala Cantillo.
Al mismo tiempo, personas con algún tipo de discapacidad física, que antes no eran tenidas en cuenta por el transporte público, ahora tienen una alternativa. Según cifras de Transmetro, más de 5.600 de estas se han movilizado en el sistema.
En el plano económico, desde que inició su construcción el proyecto viene impulsando el empleo. Antonio Varela, subgerente administrativo y financiero, comenta que la obra generó más de 6 mil empleos directos y 2.500 indirectos; y ahora en operación se habla de aproximadamente mil directos y 1.800 indirectos.
Sin lugar a dudas, los barranquilleros han recibido muy bien la dinámica que promueve Transmetro, aunque hay aspectos de operación que deben mejorar. La buena acogida de la ciudadanía se evidencia en que uno de los reclamos más frecuentes de parte de los usuarios sea: cuándo va a pasar la ruta por mi barrio.
Además, ahora los usuarios encuentran alguien que responda por el servicio de transporte, por lo que ellos mismos se convierten en veedores que exigen cumplimiento y eficiencia en lo que reciben.
Aunque al principio el escepticismo estuvo presente respecto al Transmetro, 'hoy podemos decir que el barranquillero estaba preparado para el sistema. Estaba necesitado de un sistema como Transmetro, que organizara el transporte en la ciudad', dice Castaño.
EL BIENESTAR DE LAS REGLAS
Transmetro abrió una oportunidad para promover la cultura ciudadana en relación con el transporte público. Su dinámica de operación, enmarcada en reglas estrictas de uso, viene logrando cambios en los barranquilleros.
'Se rompieron paradigmas, como que somos desordenados y no hacemos filas. Cuando un sistema dignifica al usuario, este se comporta naturalmente de manera adecuada', dice Ruby Rubio, subgerente de comunicaciones de Transmetro.
También se cambió el que los buses carguen con equipos de música potentes, con la excusa de que aquí disfrutamos del ruido, o la costumbre aquella de deteriorar los buses. 'Somos el sistema con menor vandalismo del país', agrega Rubio.
A pesar de esto, para Víctor Cantillo realmente es poco lo que se ha trabajado en cultura, pues no se ha apropiado el presupuesto necesario para tal fin.

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