Parejas con las felicitaciones que algunos amigos y lectores nuestros en este periódico por el aporte histórico que hicimos sobre el inextinguible interés que a través del tiempo y con 3 ó 4 generaciones de amantes del boxeo, en el combate del 14 de septiembre de 1.923 entre Luis Ángel Firpo y Jack Dempsey, han surgido también prolongadas discusiones sobre “cómo fue que se permitió tanta transgresión de las reglas”, para “negarle a Firpo su derecho a haber conquistado el título mundial de peso completo”, luego de comprobarse que Dempsey fue devuelto al ring cargado por periodistas estadounidenses, además de haberse comprobado irrefutablemente que Dempsey permaneció fuera del ring durante 20 segundos, mas que suficientes para que hubiera perdido el combate por K.O.T.
Se nos ha venido una avalancha de amigos y conocidos que nos piden una crónica más sobre la pelea, y concretamente, que digamos si Firpo ‘ganó o no ganó’ realmente aquella confrontación.
Claro está que ganó, a la luz de la reglamentación imperante entonces, y el propio Jack Dempsey, en una visita muchos años después a Buenos Aires que hiciera, admitió que aquella noche en el Polo Grounds de Nueva York, se le debió haber alzado el brazo a Firpo como ganador del combate por parte del referee, pero éste no lo hizo porque mostró increíble incompetencia o parcialidad o las dos cosas combinadas.
Ahora, hay que convenir que el propio Firpo también mostró una torpeza extraordinaria, cuando ha debido atacar de inmediato a un Dempsey subido al ring por otras personas, no por su propia locomoción, e inconsciente, además, es decir, más que propicio para ser noqueado. Firpo se paralizó inexplicablemente, la campana sonó para favorecer a Dempsey y ya para el segundo asalto las cosas cambiaron radicalmente para el ‘Toro Salvaje de las Pampas Argentinas’, como le llamaban a Firpo.
Jack Kearns, manager de Dempsey, lo llevó a su esquina y le metió en las narices aquellas sales que despertaban hasta a un muerto y lo despejó totalmente. La ‘Mula de Manassa’ preguntó “cómo lo habían noqueado”, y Kearns le dijo: “No solo no te han noqueado, sino que estas haciendo una gran pelea; sal ahora y liquídalo” le dijo a Dempsey, y este realmente lo liquidó con dos caídas tremendas que le pusieron fin al dramatismo insuperable de aquel combate, nunca superado en la historia del boxeo en eso, en dramatismo y tensión espectadora.
Se nos hace esta pregunta: ¿”Cómo es posible que no se hiciera una revancha”? Si, así es. Pero lo que más se decía en la oficina de Tex Rickardt, el promotor, es que ni los propios argentinos querían que se montara.
Ellos preferían explotar la iniquidad del caso, pero no facilitar un nuevo careo, porque vieron que Dempsey – cierto es que cogió el gran trompón de su vida, que casi lo mata – pero a la vez vieron que Dempsey era mucho más boxeador que Firpo y de 10 combates entre los 2 le ganaba 9. Por eso no se hizo una revancha que “se caía de la mata” como dicen los cubanos. Y punto final.
Palestra Deportiva
Por Chelo De Castro C.