Botafogo no ignoró la rica historia que lo une a Junior. El equipo brasileño tuvo en cuenta la llamativa lista de cracks que han compartido la camiseta de ambos equipos para presentar oficialmente a Jordan Barrera, canterano tiburón, como su nuevo jugador, este jueves a través de sus redes sociales.
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Las dos escuadras, que se enfrentaron el año pasado en la fase de grupos de la Copa Libertadores, (con victoria 3-1 para los rojiblancos en Río de Janeiro y empate 0-0 en Barranquilla), antes de que ‘el Fogao’ se coronara campeón, estarán ligados nuevamente por la estela de un exponente del ‘jogo bonito’, el joven y prometedor volante soledeño Jordan Barrera, quien tiene todo un potencial futbolístico listo para explotar.
De Ephanor a Garrincha, passando por Heleno de Freitas, Quarentinha e PC Caju. Um elo histórico entre Botafogo e Junior que agora ganha um novo talento. Seja bem-vindo ao Glorioso, Jordan Barrera! 🖤🤍🤝🏼❤️🤍 #VamosBOTAFOGO pic.twitter.com/VbBD0WnTPy
— Botafogo F.R. (@Botafogo) July 17, 2025
Ya en el pasado, las dos divisas vivieron la fortuna de gozar la magia y toda la simbología de un par de leyendas del fútbol mundial como Heleno de Freitas (1920-1959) y Garrincha (1933-1983).
Heleno, de personalidad arrogante, díscola y conflictiva, fue un delantero imponente y repleto de calidad que brilló en la selección de Brasil y se hizo ídolo en el club carioca, donde se formó y permaneció desde 1939 hasta 1948.
Fue genio y figura hasta la sepultura. Su talento futbolístico y su vida agitada con el alcohol, las mujeres y las drogas, situación que lo llevó a la ruina, motivó el surgimiento de libros y hasta una película protagonizada por el actor brasileño Rodrigo Santoro.
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Anotó 209 goles en 235 partidos con el ‘Fogao’ y se convirtió en el cuarto máximo anotador de ese club.
Pasó por Boca Juniors y Vasco da Gama antes de vestir la camiseta de Junior en 1950 gracias a una gestión de Mario Abello. Se puede decir que es la primera gran estrella de la constelación que ha conformado Junior en casi 101 años de historia.
“Mario Abello, un hábil negociante de la época, con una visión extraordinaria para todo lo bueno, supo de este futbolista y se propuso traerlo. Viajó a Río de Janeiro y convenció al crack brasilero. Heleno había sido seleccionado en su país en varios torneos sudamericanos desde 1945. Cuando en Brasil y Argentina (por su paso por Boca) supieron que Heleno se había venido al fútbol colombiano, se desataron toda clase de comentarios críticas y especulaciones”, se cuenta en el libro ‘Junior: una historia de diamante’, del periodista barranquillero Ahmed Aguirre Acuña.
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Se vivía la tan célebre ‘Época del Dorado’, en la que rutilantes figuras del fútbol del continente arribaron a Colombia. En medio de la huelga en el fútbol argentino, astros como Adolfo Pedernera, Alfredo Di Stefano y Néstor Raúl Rossi, decidieron venir a Millonarios.
Heleno era toda una vedete en aquel momento y su presencia en Barranquilla marcó al propio Gabriel García Márquez, que por aquellos días era columnista de EL HERALDO.
“Si los jugadores del Junior no hubieran sido ciertamente jugadores sino escritores, me parece que el maestro Heleno de Freitas habría sido un extraordinario autor de novelas policíacas. Su sentido del cálculo, sus reposados movimientos de investigador y finalmente sus desenlaces rápidos y sorpresivos le otorgan suficientes méritos para ser el creador de un nuevo detective para la novelística de policía”, escribió García Márquez en La Jirafa, como se llamaba su columna, después de ver en el estadio Romelio Martínez la victoria de Junior 2-1 ante el Millonarios de Pedernera, Di Stefano y Rossi, con un gol del brasileño.
El crack del país de la samba conquistó 15 goles en 36 partidos en la tierra de la cumbia, según los datos del estadígrafo de Guillermo Ruiz Bonilla. Sin duda bailó a muchos rivales. No pudo conquistar títulos como rojiblanco ni como albinegro, pero sus gambetas, anotaciones y personalidad se tatuaron en los anales de ambas instituciones.

Y Garrincha también
Pero Heleno no fue el único crack forjado en Botafogo que terminó transformado en ‘tiburón’. Manuel Francisco Dos Santos, mejor conocido como Garrincha, un legendario del fútbol a nivel global, que es considerado por muchos el mejor puntero derecho que ha existido, y que se coronó dos veces campeón mundial con Brasil junto a Pelé (Suecia-1958 y Chile-1962), también jugó en ambos clubes.
Ese gambeteador empedernido que tenía una pierna más larga que la otra y que engañaba a los defensas con total facilidad y espectacularidad, se puso la rojiblanca por primera y única vez el domingo 25 de agosto de 1968.
Garrincha tenía 35 años de edad cuando vino a Barranquilla y ya no gozaba de la plenitud física y claridad futbolística que exhibió en ‘el Fogao’ (de 1951 a 1965) y en ‘la Canarinha’ (donde también jugó con otra leyenda juniorista, Dida, con el que fue campeón ecuménico en Suecia-1958). El licor había inundado su vida y los entrenamientos disminuyeron en su rutina, pero, aun así, con un abdomen con más grasa que músculo, mostraba vestigios de su magia. Cuentan, los que tuvieron la fortuna de verlo en el gramado de un estadio Romelio Martínez repleto hasta las banderas, que desbordaba y lanzaba centros con su sello de calidad.
Junior perdió 3-2 ante Santa Fe en lo que fue debut y despedida de Garrincha del equipo tiburón. “Salió entre aplausos y rechiflas porque no llenó las grandes expectativas que había con él. No anotó, se fue en blanco”, recordó William Vargas Lleras, periodista de EL HERALDO que asistió al juego cuando era niño.
Garrincha no firmó contrato. Pactó 3 mil dólares por partido. Su amor por la cantante Elza Soares precipitó su salida, pero en Barranquilla y en la historia del club quedó la estela de esa estrella. Fue fugaz en Junior, pero eterna en el fútbol del universo.

Un inolvidable
Un ídolo rojiblanco inolvidable, Victor Ephanor, debutó profesionalmente en el Botafogo, con el que dio la vuelta olímpica en el Campeonato Carioca en 1967.
No es profeta en su tierra, pero en Ecuador y Colombia se tatuó en el corazón de los hinchas de Barcelona de Guayaquil y Junior de Barranquilla. Entre 1972 y 1975 su zurda mágica, sus gambetas y todo su ‘jogo bonito’ deleitaron al juniorismo.
Aunque no dio ni una vuelta olímpica, mucha gente tiene guardado su nombre en la memoria, su rico repertorio de jugadas y varios de los 86 goles que lo convirtieron en el máximo goleador de la historia de los ‘Tiburones’ hasta que Iván René Valenciano lo superó en los 90 (166). Actualmente es el cuarto mayor anotador después de Carlos Bacca (132) y Teófilo Gutiérrez (95).

Padre e hijo en las dos divisas
La historia de Paulo Cézar Lima De Oliveira con los dos clubes es diferente a las demás. El volante o delantero debutó profesionalmente en Junior y posteriormente pasó por Botafogo.
‘Cajú’, como es conocido en Brasil, se sumó en 1966 al equipo rojiblanco que era dirigido por su papá Marinho Rodrigues de Oliveira, quien fue jugador y entrenador de ambos clubes.
Paulo Cézar Lima fue campeón carioca en el Botafogo de 1967, con Ephanor, y campeón mundial con la fantástica selección brasileña del Mundial de México en 1970, con astros como Pelé, Carlos Alberto, Tostao, Rivelino y Jairzinho, entre otros.
Goleador histórico
Quarentinha, otro histórico que dejó huella en las canchas del mundo, desfiló por Junior derrochando maravillas con el balón y muchos goles. En Botafogo es el máximo artillero de toda la historia con 313 goles en 442 partidos.
En el ‘Fogao’ jugó al lado de Garrincha y Mario Lobo Zagallo, igual que Othon Valentim Filho, uno más que fue albinegro y rojiblanco durante su carrera. No alcanzan estas líneas para nombrarlos a todos detalladamente.
El arquero Ary Nogueira, el habilidoso Airton dos Santos y el uruguayo Sebastián Berascochea también unieron a Junior y Botafogo con su estela de estrellas. La historia sigue con la llegada de Jordan Barrera.