'El que va a meter el gol va a ser el morenito que tiene el cabello mono', dijo el hincha Fredy Fontalvo diez minutos antes que iniciara el encuentro de ida entre Junior y Nacional por la final de la Liga Postobón. Después estalló en carcajadas y ratificó que el apellido del jugador era Toloza y que de él serían las anotaciones.
Su sorpresa fue mayor cuando su predicción se cumplió mientras corrían los 10 minutos del segundo tiempo. 'Yo lo dije, pero no pensé que en realidad fuera a suceder', comentó Fontalvo, tras lamentar el no haber apostado con alguien su pronóstico para 'ganar algo de dinero'.
Fredy, a igual que miles de hinchas del cuadro tiburón, no tuvo que estar en el estadio Metropolitano para disfrutar la victoria del equipo rojiblanco, pues en las calles de curramba hubo un ‘anticipo’ del Carnaval donde los disfraces fueron reemplazados por banderas y camisetas rojiblancas. La marca de los hinchas del verde fue poco visible.
Entretanto, la marea rojiblaca no hacía más que vitorear el triunfo del equipo local sobre Atlético Nacional. A pesar que los pronósticos de varios aficionados señalaban que el margen de victoria sería más amplio, estos manifestaron sentir que la octava estrella 'está cerca'.

Luis Marenco, vendedor ambulante, que hizo su agosto con suvenir de Junior.
Momento para la venta. 'El dinero está, solo hay que conseguirlo', dijo Luis Marenco, un vendedor ambulante que hizo su ‘agosto’ en ventas mientras el cuadro juniorista se enfrentaba al verdolaga. Él afirma que, de las treinta camisetas que ayer comercializó, unas diez las vendió mientras transcurría el partido. 'Tú sabes, aumenta la fiebre por el equipo', expresa.
Él dice que recorrió en el día diferentes lugares de la ciudad, mientras colgaban de sus brazos los productos dispuestos a la venta, sin que la incomodidad le ganara terreno. Con su mano izquierda llevaba unas cintas de las que colgaban unas plumas. 'Esto lo usan las mujeres en la cabeza'. Y de su mano derecha sujetaba camisetas y gorras. Todas eran alusivas al equipo rojiblanco, solo le faltaban la octava estrella para completar la celebración.
La hinchada. En La Troja, un conocido sitio de baile de la ciudad, los hinchas vivieron las emociones del encuentro entre la salsa de Héctor Lavoe y las imágenes del partido, donde cada acercamiento del equipo tiburón terminaba en el estallido de gritos y frases.

Juan P. Vélez y Nicolle Vázquez, un amor que se respeta entre Nacional y Junior.
Artículos como ‘gorros tiburones’ y ‘cuernos junioristas’ portaron algunos hinchas, quienes llamaron la atención del resto de aficionados al emplear estos objetos poco comunes. 'Con este cuerno hago el suficiente ruido como para que el Junior me escuche en el Metropolitano', señaló Larry Agámez, un hincha que cambió la conocida ‘vuvuzela’ por un elemento que hace ruido, pero que tiene una forma curva y alargada que lo asemeja a un cuerno de vaca.
Aunque eran pocos los hinchas del Nacional que se veían por las calles, Juan Pablo Vélez, un antioqueño que reside en Barranquilla, estuvo en uno de los bares de la calle 84 junto a su novia Nicole Vásquez, portando orgullosamente la camiseta del verdolaga. Aunque ella apoya al Junior y él a Nacional, ambos manifestaron que el amor no tiene por qué enfrentarse ante las diferencias del fútbol. 'Es cuestión de comprensión', dice Vélez.
Durante la noche, tras finalizar el encuentro deportivo, las autoridades controlaron diferentes riñas en algunos establecimientos comerciales al sur de la ciudad, que presuntamente se dieron entre hinchas de los equips enfrentados.