Una lesión no permitió que Martinuccio viajara
La vida le dio una nueva oportunidad a Alejandro Martinuccio. El delantero argentino, que lleva un año en el modesto Chapecoense, se salvó de la tragedia aérea ocurrida la noche del pasado lunes cerca a Medellín, ya que se recupera de una lesión.
'Estoy triste. Siento un profundo dolor por mis compañeros. Lo único que puedo decir es que recen por ellos', remarcó Martinuccio en diálogo con radio La Red. 'Me lesioné hace un mes y medio y por eso no me subí al avión, pude haber estado ahí, pero no era mi momento. Todo esto es un calvario', dijo. El jugador se manifestó dolido y afirmó que no comprende lo que sucedió.
'Son dolores muy grandes, estar conviviendo con esta gente y que de pronto suceda algo así... Es el destino, a unos le toca, a otros no', dijo y recordó que 'este mismo avión lo tomó la selección argentina y el San Lorenzo y nada pasó'. 'Espero que a todos estos muchachos Dios los tenga en la gloria', concluyó el argentino.
Hijo del DT olvidó el pasaporte y lo dejó el avión
Matheus Saroli, hijo del técnico del Chapecoense Luiz Carlos Saroli, conocido como Caio Júnior, no alcanzó a subirse al avión que transportaba al equipo brasileño a Colombia. En su cuenta de Facebook, el joven anunció que se encontraba bien y que no se montó en la aeronave porque se le había quedado el pasaporte. 'Estaba en San Paulo con mi padre, pero no embarqué porque me había olvidado el pasaporte', cuenta. En el mismo recado, el joven afirmó que tanto él como su hermano y su madre se encuentran bien y realizó un pedido: 'Precisamos fuerza y que nos den un poco de privacidad, especialmente a mi madre. Somos fuertes y vamos a salir de esto. Gracias a todos', señaló. Aparte de Saroli, el presidente de la Asamblea del estado de Santa Catarina, donde se encuentra la ciudad de Chapecó, y el alcalde de dicha ciudad, Luciano Buligon, eran otros invitados especiales que declinaron viajar a último momento. 'Son cosas de Dios', dijo Buligon.
Boeck, el portero que se salvó por su cumpleaños
Otra historia sorprendente la protagonizó el tercer arquero del equipo, Marcelo Boeck. El jugador tenía la posibilidad de viajar a Medellín con el resto de sus compañeros para vivir el histórico acontecimiento, pero decidió dar un paso a un costado por una sencilla razón: su cumpleaños. El arquero brasileño pidió permiso en el club para ausentarse porque quería pasar junto a sus familiares y amigos esta fecha especial. 'El club le dio permiso y no viajó, ha sido un alivio muy grande en un momento de profunda tristeza por la tragedia que ha sucedido y que ha golpeado todo el mundo del fútbol', declaró su representante a los medios. El portero, al conocer la tragedia, acudió al estadio del Chapecoense donde se encontró con los compañeros que no viajaron, en un ambiente de profunda tristeza por lo ocurrido. El destino quiso que Boeck no perdiera la vida el día de su cumpleaños, y que volviera a nacer nuevamente
32 años después.