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En las filas de los Yanquis de Nueva York se respira un aire de confianza y tranquilidad luego de convertirse en uno de los finalistas de la Liga Americana tras barrer a los Mellizos de Minnesota. Los pupilos de Aaron Boone, el segundo escuadrón más jonronero de la temporada regular con 306 bambinazos, no quisieron entrar en el juego de cuál rival (Astros de Houston o Rays de Tampa Bay) prefieren para la disputa por el banderín, asegurando que ya han pasado por suficientes problemas para llegar con vida hasta octubre, un camino plagado de lesiones e irregulares niveles que los llenó de fuerza y motivación.

'Sentimos que podemos luchar contra cualquiera. Hemos tenido muchas adversidades, y no importa lo que nos hayan arrojado hemos podido encontrar una manera de superar todos los problemas. Tendremos que jugar bien si queremos seguir vivos. Solo un equipo se va feliz a casa al final, y con suerte seremos nosotros', manifestó Brett Gardner en la celebración de los Mulos de Manhattan tras superar a los Mellizos.

A pesar de gozar de las mieles de ser los primeros finalistas de los playoffs, los Yanquis de Nueva York, en medio de las celebraciones con bailes de por medio y champañas burbujeantes, tienen un secreto a voces: que la serie entre Rays y Astros (que jugaban al cierre de esta edición) se alargue hasta el quinto juego o, en su defecto, que Justin Verlander, el as de pitcheo de Houston, sufra el suficiente desgaste para que no esté en un eventual primer juego.

'Estaremos listos para todo, enfocados para la próxima serie e intentaremos concentrarnos en hacer lo mismo: ganar juegos', manifestó Aaron Boone, piloto de los Yanquis.