Compartir:

El inefable Comité Olímpico Colombiano o concretamente su Comité Ejecutivo como quieren todos estos olimpistas de cartulina que tenemos en Colombia que se diga en los medios de comunicación, están celebrando reales o supuestos 75 años de fundado.

Como el olimpismo es una rueda loca hoy por hoy, al que ni le piden ni le rinden cuentas de ninguna clase, hasta han ordenado ‘cuñas’ radiales y televisivas, registrando el acontecimiento.

Cosa por demás extraña que no sabemos a que atribuirlo: el COC anuncia el paritorio de la criatura, diciendo escuetamente que se fundó hace 75 años, pero no dicen dónde fue la fundación y quienes fueron los fundadores. Por supuesto, en Cachaquilandia la Bella no lo saben y por lo mismo no se lo exigen a los autores de la patraña histórica, porque ese Comité Olímpico no se fundó en 1936, como quieren hacer ver, y sin decirlo —porque hasta ahora no se han atrevido a manifestarlo— dan a entender que el parto fue en Bogotá.

¡Hombre, no sean tan falaces y sinvergüenzas! Digan la verdad, para que traten de ser respetables, no los mercachifles que se muestran, sosteniendo una falsedad del grande de la catedral de Colonia. Con decir, así sea a regañadientes por lo que sabemos (el ‘cariñito’ legendario que se le tiene a Barranquilla) que se fundó en esta ciudad y que fueron los propios dirigentes barranquilleros los que le ofrecieron a sus colegas bogotanos la sede en Bogotá de ese mismo COC, no pierden absolutamente nada.

El Comité Olímpico Colombiano no se fundó en 1936, ni tampoco en Bogotá, sino en Barranquilla. Se fundó en 1931 porque entre tantos barranquilleros como los que había por aquellas calendas, dos de ellos —Édgar A, Senior, quien vivió de adolescente y después de adulto en EE.UU. y lo mismo se podía decir de Julio Gerlein Comelin, quisieron quitarse ese fardo de encima, ya que en aquellos años 30 Colombia no participaba en ningún evento olímpico en el exterior, para que lo vayan sabiendo los que no lo saben. Y si no participaba su COC no tenía ninguna función. Había que conocerlos para saber que esa inactividad no iba con su temperamento volcánico en materia deportiva.

La primera intervención Olímpica de un colombiano en las Olimpiadas fue en 1932 en la ciudad de Los Ángeles, que ha sido sede de dos olimpiadas. Esa de 1932 un bogotano, residente en esa ciudad, convenció para que lo inscribieran. Y lo inscribieron, sin conocerlo, porque no había que pagarle transporte. El cachaco se inscribió alegremente en la maratón, sin saber la que le esperaba. Y no alcanzó a correr el segundo kilómetro cuando se desmayó y lo trajeron en ambulancia al punto de partida, como nos lo contó Gabriel Buitrago, a la sazón estudiante en Los Ángeles.

El Mono Buitrago nos contó que él se abrió paso y llegó hasta la ambulancia donde estaba tendido el cachaco, desmayado. Y como le habían quitado los spikes, al Mono le pegó la tremenda pecueca que el hombre se mandaba. El Mono, siendo alcalde de Barranquilla, en su despacho nos contó el episodio. 'Con esa pecueca aquel hombre no podía ir más allá de donde llegó'. Fue la conclusión del Mono Buitrago...

Palestra Deportiva, por Chelo De Castro C.