“Bonito el puente, pero la deuda con Catalino Parra no se saldó”
Hijos del gaitero sienten orgullo de que el puente Soplaviento -San Estanislao lleve el nombre de su padre. “Mereció más reconocimiento del Estado”.
El fandango que el maestro Catalino Parra le tributaba a la Virgen de la Inmaculada Concepción cada 8 de diciembre era tan concurrido, lleno de alegría y devoción, que paralizaba todo Soplaviento, la tierra que vio nacer al célebre gaitero.
La ofrenda la cumplía el músico desde hacía más de 30 años, tras sobrevivir en un accidente de tránsito en carreteras de Bolívar, recuerda su hija Ana Isabel.
El ritual que recorría gran parte de la población tenía una parada especial en la puerta de la casa de Cato, en el barrio El Chispón, donde el artista vivió la mayor parte de su vida junto a su esposa, Tita Isabel Parra Vega, madre de sus 10 hijos.
Allí, hijos, nietos, bisnietos y por supuesto su vecino e inseparable compañero músical, ‘el compae Goyo’ (Gregorio Almeida), se vinculaban al festejo.
Era tal el fervor por la Inmaculada Concepción, que Catalino le compuso una canción que es el canto principal en la procesión anual.
Por la virgen morenita/
Que llaman la Concepción/ Yo canto como es mi tierra/ Es cumplir mi devoción/Viva el pueblo de Soplaviento/ Y viva la Concepción.
“Siendo lo que Catalino Parra fue y aportó no valoraron del todo su obra. Papá no murió muy satisfecho porque faltó más reconocimiento”.
Por eso en noviembre de 2019, cuando la salud del célebre compositor, pilar de la primera generación de los célebres Gaiteros de San Jacinto, empezó a deteriorarse, accedió sin reticencia a que lo trasladaran a Barranquilla a seguir el tratamiento médico que requería para los pulmones. “Si eso me va a ayudar, vamos”, les dijo a sus hijas Ana y Catalina, y a su nieta Elieth, una enfermera de 34 años que no se apartó de su lado durante la enfermedad. El 14 de noviembre viajaron a la capital del Atlántico. “Él quería llegar hasta el 8 de diciembre, para rezarle a su virgen”, asegura Elieth.
Las complicaciones de su estado de salud lo mantuvieron hospitalizado el día de la Inmaculada, por lo que le fue imposible participar en los festejos.
Pero valiéndose de la tecnología, Elieth y otros familiares le transmitieron por videollamada parte de la procesión.
“Gracias mija, quedó todo bonito”, le dijo a través del celular desde la Clínica General del Norte.
“Tal vez fue de las últimas veces que lo vi feliz, sonriente, porque siguió empeorando y no reconocía casi a nadie”, manifestó Elieth.
Ya en franco deterioro Cato salió de la clínica y lo llevaron a casa de su hija Ana Isabel en el barrio San Fernando de Cartagena.

Allí tuvo momentos de lucidez, como cuando ‘Goyo’ lo visitó y le cantó La vaina ya se formó. Te lleva el diablo Ciriaca/ te lleva el diablo...clásico del folclor junto a La Maestranza, El morrocoyo, Cartagena, Manuelito Barrio y Josefa Matía, entre muchos otros interpretados con los Gaiteros de San Jacinto. Sonrió y se contoneó levemente, recuerdan.
Dos días después, el 14 de febrero de 2020, falleció. Tenía 95 años.
En Soplaviento fue despedido como toda una celebridad, a ritmo de gaita y tambores, como siempre lo soñó. En honor a su trayectoria artística el gobernador de Bolívar, Vicente Blel, anunció que el puente que construyen entre Soplaviento y San Estanislao de Kostka llevará el nombre Catalino Parra. “Así como esta obra sirve para unirnos como bolivarenses, su música nos reconoce como hermanos de esta tierra con la gaita, por esa razón el puente llevará el nombre del eterno Catalino Parra”, dijo el mandatario.
En Soplaviento, San Estanislao y poblaciones vecinas aguardan la inauguración de la megaobra que comenzó a construirse en el 2018, pero que por la cuarentena del Covid-19 fue suspendida. El Gobierno anuncia que en dos meses estará lista.
Pero Ana Isabel y Catalino Parra Jr., dos de los hijos del célebre gaitero, no están del todo satisfechos.
“A Cato, con más de 120 canciones famosas, que recorrió varios continentes con sus canciones, no se le hizo en vida el reconocimiento que merecía”, coinciden.
El menor de los hijos del maestro, que tiene a su cargo la agrupación Herederos de Catalino Parra, dice que a su papá le prometieron una pensión vitalicia que nunca le llegó.
También se lamenta de que el pago de las regalías no haya compensado su valiosa obra musical como cantador, compositor y tamborero. “Siempre quiso dirigir una escuela de música en Soplaviento para que su legado continuara, pero no tuvo apoyo oficial”, añade.
Hay que recordar que Catalino fue instructor musical en escuelas y colegios de Cartagena, e invitado por varias universidades a exponer su arte, lo que le valió en 2004 el Premio Vida y Obra del Ministerio de Cultura. “Papá no murió satisfecho porque no valoraron lo que él fue”, insiste su hijo menor.
Ana reconoce que es un orgullo para la familia que el puente lleve el nombre de su padre, pero anota que la deuda del Estado con él no quedó saldada.
“Siendo lo que fue y aportó no apreciaron su obra. El puente no debió llevar ese nombre, porque eso es cemento, y él lo que hacía era música”, añade.
En tanto, ‘Goyo’, con quien lo unía una férrea amistad de más de 50 años, opina: “Que se llame así es lo más grande del mundo”.
Es la misma emoción de José María Parra, ‘Perreche’, hermano de Catano.
“Él puso muy alto el nombre de Soplaviento, se lo merece”, dijo emocionado.
Que siga el legado
Catalino Parra Jr. y su hija Elieth quieren que la obra musical de su padre y abuelo perdure y trascienda a las nuevas generaciones.
Por eso trabajan en la consolidación de la Escuela Musical la Cumbia del Dique y la Fundación Herederos de Catalino Parra.
“Buscamos formar a niños entre los 8 y 10 años para transmitirles el amor por la música y los instrumentos. El legado de Catalino continuará”, dice emocionado su hijo.
Elieth, que por estos días está en Soplaviento, se ha dedicado a recopilar la valiosa obra musical de su abuelo. Con el apoyo de un grupo audiovisual recorre el pueblo recopilando voces, fotos, videos, y narraciones del “eterno pescador de la Ciénaga de Capote”, que para su música se inspiraba en todo lo que lo rodeaba: mujeres, el río, los animales.
Ay, corre Morrocoyo/que te coge el perico ligero/Ay, corre, corre Morrocoyo/que te coge el perico ligero.
Elieth y sus más de 60 familiares que cada año se reunían con Catalino el 8 de diciembre en Soplaviento prometen que seguirán la tradición. “Por esto de la cuarentena no sé cómo será, pero le vamos a cantar a la Inmaculada de Cato”.

Avance del 85%
Diana Manrique, secretaria de Infraestructura de Bolívar, asegura que la construcción del puente Catalino Parra, con una inversión de $60 mil millones, tiene un avance del 85%, y estima que en dos meses estará listo.
El proyecto beneficiará a más de 77.000 habitantes de los municipios que integran la llamada Línea en Bolívar: Santa Rosa de Lima, Villanueva, San Estanislao de Kotska y Soplaviento y vecinos como Arjona, San Cristóbal, Mahates y VillaRosa (Atlántico), que quedarán articulados a la Troncal de Occidente, La Cordialidad y la vía Carreto – Calamar – Barranquilla.