El detective Hércules Poirot, protagonista de 33 novelas y 54 relatos cortos de Agatha Christie, se enfrenta cuatro décadas después de su muerte literaria a un nuevo caso de asesinato en Los crímenes del monograma (Espasa), una obra de la británica Sophie Hannah que fue presentada ayer en Londres.
A sus 43 años, y con el beneplácito de los descendientes de Christie, la autora de novela negra ha asumido el reto de volver a mover los hilos del puntilloso investigador, envuelto una vez más en un misterio aparentemente imposible de resolver.
En la nueva entrega, a la venta el 9 de septiembre, Hannah no ha querido resucitar al detective, cuya muerte por un infarto en la novela Telón mereció una esquela en el diario The New York Times el 6 de agosto de 1975.
La escritora recupera a Poirot en una época de su vida en la que ya está retirado pero aún se mantiene agudo, con los mismos modales solemnes y gusto por el lujo que ha cultivado durante años. El investigador se ve obligado a apoyarse en su compañero Arthur Hastings para avanzar en sus investigaciones.