Los dioses del fútbol no podían ser injustos esta vez. Ellos, que algunas veces premian a equipos sin merecerlo, no podían permitir que un onceno que mostró un fútbol pobre y deslucido como Paraguay se coronara Campeón.
El llegar a la final, luego de ganar en cuartos de final y semifinal la lotería de los penaltis, es mucho para un equipo que no ganó ningún partido y sólo anotó goles en dos de los seis partidos disputados. Los dirigidos por el Tata Martino dejaron de ser la selección fuerte, aguerrida, ordenada y contundente de años anteriores. Por el contrario, carecieron de todos esos atributos que lo hicieron fuertes en el pasado. El agruparse atrás y tirarla de punta y para arriba no es defenderse bien. Y en el frente de ataque, sin Roque Santa Cruz, su principal elemento, fueron fácilmente dominados por las defensas rivales.
Paraguay tiene que darle un giro de 180 grados a su accionar para empezar a resurgir si aspiran a ganarse un cupo en el Mundial de la samba, más si en Argentina se vio el avance de selecciones como Perú y Venezuela.
Esta deslucida e irregular Copa América dejó como campeón al mejor equipo del torneo. Uruguay, aunque no muestra el fútbol arte que muchos quisieran, demostró por qué fue cuarto en el Campeonato Mundial de Sudáfrica.
Los dirigidos por Óscar Washington Tabárez mostraron orden, una gran solidez defensiva y contundencia en el frente de ataque. La continuidad que le ha dado al maestro Tabárez se ve reflejado en sus presentaciones, con una columna vertebral bien definida, un gran arquero como Muslera, dos zagueros centrales fuertes y seguros en el juego aéreo como Lugano y Coates, un volante central como recio y con buena técnica como Arévalo Ríos y dos delanteros letales como Diego Forlán y Luis Suárez. Estos dos últimos son capaces de hacer magia cuando se juntan.
Este proceso uruguayo que se inició años atrás y que tambaleó un poco cuando no aparecían los resultados en las pasadas eliminatorias, hoy está dando frutos. En aquel entonces, muchos pensaron que Tabárez no seguiría al frente de la selección celeste, pero la Asociación Uruguaya lo respaldó y le dio continuidad.
Hoy Uruguay celebra su título número 15 en Copas Américas, y por lo mostrado en Sudáfrica y Argentina, seguramente repetirá su participación en el Mundial de Brasil 2014.
Aquí en Buenos Aires, las calles se llenaron de camisetas celestes. En el mítico estadio Monumental y en el Obelisco las celebraciones fueron inmensas. Por momentos parecía que estuviéramos en Montevideo y no en la capital argentina. Aquí en Buenos Aires, los uruguayos celebraron un título que le era esquivo desde 1995. Aquí en Buenos Aires, para Uruguay esta Copa tuvo un sabor doblemente dulce porque lo lograron en el patio de su archirrival Argentina, al mismo seleccionado que sacaron en los Cuartos de Final.
Por Fabio Poveda Ruiz - especial para El Heraldo


