En Colombia, la situación económica y social de las comunidades negras se ha asociado en el discurso político a la ubicación geográfica de estos, sosteniendo incluso que departamentos como Chocó –el más pobre del país– sufren todo tipo de carencias por las condiciones climáticas y de fertilidad de sus tierras. Esta tesis que ha servido para desconocer el verdadero problema que hay detrás, ha sido desvirtuada por la experiencia de otros países, pues como bien lo sostienen Daron Acemoglu y James A. Robinson en su reconocida publicación Por qué fracasan los países, las regiones no son pobres por su geografía, sino por sus instituciones o por la ausencia de estas. Que traducido al caso de Colombia implica que la situación del pacífico no es por ubicación, sino por el abandono histórico del Estado.

Este abandono ha estado acompañado de un racismo estructural del que poco se ha hablado, pero que hoy es tendencia por los comentarios que ha recibido la candidatura vicepresidencial de Francia Márquez; una persona que reúne múltiples factores que muestran cómo funciona el racismo interseccional. Ella, además de ser negra es una mujer del pacífico, con una identidad regional, defensora ambiental y aunque ella sostenga abiertamente no ser de izquierda, está militando en el partido que representa a la izquierda colombiana. Su sola presencia en esta contienda electoral ha mostrado la crudeza del racismo, pues habiendo un sinnúmero de razones de fondo para controvertir su discurso, una gran parte del país solo se cuestiona cómo puede llegar a la vicepresidencia una persona que diga mayores y mayoras, porque parece que utilizar expresiones regionales es una terrible afrenta contra los valores de un Estado democrático.

Valdría la pena que un país donde muchas familias hacen comentarios como “qué lindo tu hijo, salió blanquito” se preguntaran si sus críticas son políticas y controvierten el discurso de Francia Márquez o si son en contra de la mujer negra que representa. Se preocupan algunos por su educación a pesar de que ella es profesional en derecho, y que Colombia tuvo un presidente como Turbay Ayala, quien no había ido a la universidad antes de ocupar este alto cargo.

Parece que se preocupan más porque pueda llegar una mujer negra a la vicepresidencia, que del hecho de que hasta la fecha no se conoce por parte de ella cuáles son sus ideas para lograr el desarrollo de la comunidad afrocolombiana a la que representa. No sobra decir lo obvio, esto es que todos los candidatos a un cargo público de elección popular tendrán que ser evaluados por sus ideas, proyectos y visión política, independientemente de la etnia, género o cultura que representen, pero que el país necesita abrir los ojos para no ocultar el racismo detrás de la política.

Hay muchas, bastantes fallas, en el discurso de Francia Márquez y en cómo su vicepresidencia realmente se podría traducir en un cambio positivo para nuestra nación; el problema del debate es que pocos se están enfocando en debatir con verdaderos argumentos su agenda política.

@tatidangond