Un informe de la Secretaría de Integración Social del Distrito de Bogotá muestra que los índices de violencia doméstica se disparan en el Día de la Madre y durante todo el mes de mayo. En mayo de 2015 se registraron 109 casos diarios de lo que en Colombia aún se llama “violencia intrafamiliar” y que debería llamarse doméstica pues la denuncia de las mujeres se hace más difícil cuando el agresor no hace parte de su familia, por ejemplo, un exnovio. “De los 41.015 casos por violencia de pareja, durante el año, 10.191 ocurrieron el día domingo y 29.100 casos se presentaron en la vivienda de la víctima” muestra el informe.

Para muchos estas cifras pueden resultar paradójicas. ¿Cómo es posible que en un día en el cual las familias celebran a las mujeres que han sido madres, aumenten los índices de violencia contra las mujeres? Y digo violencia contra las mujeres porque en más del 90% de los casos las víctimas son mujeres, niñas y ancianas. El Día de las Madres no es la única celebración familiar en la que la violencia se intensifica; las agresiones también escalan en Navidad y Año Nuevo, y el día de la semana en el que más le pegan a las mujeres suele ser el domingo.

La violencia doméstica se intensifica en reuniones familiares y festividades porque estas reúnen a todos los miembros de la familia en aparente ocio. Las mujeres de las familias suelen llevar el peso de la organización de estos eventos, que si bien se entienden como una celebración, no siempre implican descanso. Sin embargo, para los agresores, que muchas veces trabajan fuera de casa, estas festividades son ocasión para pasar “más tiempo del conveniente” con sus familias. Algunos explican el fenómeno por el consumo de bebidas alcohólicas que suele acompañar estas ocasiones, pero el alcohol apenas es un detonante de una violencia que es previa, y que no se soluciona con la abstinencia.

Ante la alerta, la secretaria de Integración Social, María Consuelo Araújo, hizo un llamado a “no tolerar ningún caso de violencia contra la mujer y a denunciar en las comisarías” para no permitir más abusos de este tipo. Pero es más fácil decirlo que hacerlo, más si recordamos que muchos de estos agresores hacen parte de la familia; por eso muchas víctimas los protegen, y pocas querrán “arruinarle” el Día de la Madre a toda la familia por “un problema personal”. Solo cambiando una cultura revictimizante que obliga a las mujeres en las familias a tolerar y aguantar las violencias de los demás miembros, y a poner sus intereses primero que los propios, se puede frenar la violencia contra las mujeres, que, en nuestro país, es un problema de salud pública. Y es deber de todos y todas colaborar a este cambio cultural todos los días. ¿No dicen, acaso, que el Día de la Madre debería ser todos los días? Pues, una vida libre de explotación y violencia es el mejor regalo para mamá.

@Catalinapordios