Se nos pregunta cuando se tomará por fin la decisión de reparar el coliseo cubierto Humberto Perea o proceder en su defecto a la construcción de un nuevo coliseo y que el original siga durmiendo el sueño del olvido, para que la opinión pública siga contemplando lo que se destruyó solo, porque 5 o 7 alcaldes se negaron con tozudez y egoísmo imperdonables se negaron en los últimos años 10 o 12 años a su reparación.

Y que chillaran los que quisieran hacerlo, que así son las cosas en esta Barranquilla del alma, cuando se padece un periodismo deportivo que es Junior, más Junior hasta cuando le zumbe el mango, como dice el vulgo. Por lo que se dejó de combatir esta ciudad nuestra perdió causas deportivas incontables, porque nadie de este oficio y con las 2 o 3 excepciones, que no son más, conocidas, dejaron que las cosas se hicieran como querían cuatro o cinco usurpadores de la vocería deportiva de Barranquilla.

¿Desde cuándo estamos oyendo decir que el inefable Coldeportes nacional va a acometer supuestas mejoras y ampliaciones en varios recintos deportivos de la ciudad? Pero como nadie se encarga en esta Barranquilla de las grandes y pequeñas indolencias para dejar las cosas como están, hay otras regiones deportivas del país que se vuelven molestosas ante las autoridades nacionales, que por último deciden que si como por un lado nadie molesta en ningún sentido para que se le cumpla lo prometido y por la otra hay unas niguas deportivas atosigando en todo momento, mejor quitémonos estos incordios de una buena vez, accediendo a sus persistentes solicitudes.

A propósito, como esas obras de reparación y remodelación de escenarios y construcción de otras sólo se escuchan cuando hay anuncios de sedes internacionales de eventos deportivos, cabe preguntar: ¿y qué ha pasado, autoridades deportivas, con la candidatura de Barranquilla para unos Juegos Centroamericanos y del Caribe? Acaso se le concedió la sede a otra ciudad y todo el mundo se han hecho los pendejos para eso “no meneallo”. ¿A quién preguntarle para saber lo que haya “en el canto de la cabuya”?

Pregúntesele al “ilustre colegaje” de la localidad por qué no hay una definición de la “problemática deportiva” (palabreja creada el otro día, pero que cayó como pedrada en ojo tuerto, porque no hay crónica o suelto de padrinaje que no utilice a diario “la problemática” del caso, que ya nos tiene una “glándula” hinchada de tanto escucharla.

En Coldeportes nacional no sólo no hay prisa en resolver lo resolvable, sino que parece que tienen una gigantesca y confortable hamaca para dormir todas las siestas, habidas y por haber, que ver con las ansias turísticas de su director. Su última gallada turística lo llevó a Italia, “porque era indispensable que él viera como pedaleaban los ciclistas colombianos. Y dicen las lenguas afiliadas que sí, que el hombre viajó, como siempre.