El Mundial de fútbol, en este caso el de la categoría sub-20, es un torneo especial, distinto. En solo 3 partidos las selecciones tienen que clasificar a la siguiente fase, y de allí en adelante, su continuidad estará sujeta a ‘la muerte súbita’: un partido a la vez, si gana, sigue; si pierde, sale. En apenas un mes se define todo.
La Selección Colombia, después de sus dos primeros partidos, ha logrado el primer objetivo, a falta de la tercera fecha que la juega hoy: clasificar a los octavos de final.
En su debut ante Israel, fue superada en el juego, pero la gran actuación de su arquero Marquínez evitó la derrota. Un penal transformado en gol por Cortés y un potente y preciso remate de Puerta, le alcanzó para asegurar los tres primeros puntos.
En su segunda salida, venció a Japón y jugó mucho mejor. Más asociado, con más participación de los laterales en ataque, más y mejores coordinaciones ofensivas. Defensivamente más ordenada y sin necesidad de tener a Marquínez como figura.
Esta Selección Colombia sigue mostrando, como en el Sudamericano, una buena técnica individual en la mayoría de sus jugadores, una buena técnica colectiva y momentos de elaboración ágil y fluida.
Cuenta con jugadores con la suficiente habilidad para desequilibrar en el uno contra uno. En ese ítem, para el Mundial le agregó a Asprilla que, más allá de algunos excesos en la conducción, le aumenta la calidad en la búsqueda del arco rival.
Y, como también en el sudamericano, a mi juicio, su déficit ha sido la toma de decisiones en los últimos metros. Sus llegadas, sus visitas al área rival no son resueltas con mayor eficacia. Encontrar al centrodelantero y a un puntero que complete, con Cortés, el tridente de ataque parece la misión en singular.
Ángel y Castillo, después de su buen aporte en el segundo tiempo frente a Japón, les corresponderá ratificarlo y adueñarse de la titular. En plural, darle más continuidad a su buena relación con el balón, y ponerla de acuerdo con la definición. Y, defensivamente, como vincula laterales y volantes de primera línea al tiempo, tiene que mejorar el anticipo de los que quedan defendiendo, o la recuperación tras perdida, o su repliegue.