Tal vez sea el Junior de Barranquilla del equipo que más se habla a diario en el país. Por una u otra circunstancia, sea contratación de jugadores, el desarrollo de su juego, sus victorias, siempre el equipo rojiblanco es el foco de atención.

Esa popularidad, esas polémicas en las redes, esas manifestaciones de alegría o de tristeza, hacen que el equipo barranquillero genere temas para tocar a diario.

En el mundo de los “likes” y del “me gusta” insertar las palabras Junior de Barranquilla genera tráfico caudaloso en las publicaciones.

Esas palabras y otras como “Don Fuad se enojó y sentenció a los jugadores”, “Junior tras un jugadorazo internacional”, “los días de Reyes están contados” y otros, llaman la atención y los clics de los seguidores de las publicaciones aumenta.

Esa forma como el Junior cala en el imaginario popular obliga, sí obliga, a que el equipo no sea de rendimiento mediano, ni de tabla mediana.

Junior es un equipo conformado con inversiones importantes para que sea, siempre, de alto rendimiento.

Para que sea equipo de lo alto de la tabla, para que sea equipo que no sufra para clasificar, para que sea equipo que gane campeonatos.

Por supuesto que no todas las Ligas o copas internacionales se pueden ganar pero, perder con un equipo con 10 hombres o sudar la gota gorda para vencer a un equipo chico en casa, no es que sea saludable.

Hay una diferencia abismal entre un Didier Moreno, por ejemplo, y Yimmi Chará y Víctor Cantillo jugadores que son ídolos de la hinchada.

Pero ni Yimmi, ni Víctor están. Se suponía que el Junior campeón de final del año pasado más Chará, Cantillo y Rafa Pérez sería el gran equipo para seguir sumando títulos. Pero Chará y Cantillo no son ni medianamente los que se fueron al exterior, Pérez se lesionó y Junior no pudo acceder a la final de la primera Liga del año y entregó su título de campeón al Bucaramanga.

Sería bueno que se pongan a ver los juegos cuando llegan a casa, y se autoevalúen. Son jugadores Top y, como tal, hay que rendir…