
Cuentos de calidad
Jacobo Cardona Echeverry, de Medellín, ganó anoche el IV Premio Nacional de Cuento La Cueva, entre mil trescientos aspirantes. Cristian Sebastián Hernández, de Bogotá, y David Paredes Rodríguez, de Pasto, obtuvieron el segundo y el tercer lugar.
El año anterior, los tres ganadores fueron de la costa Caribe colombiana. Este año, un barranquillero y un guajiro formaron parte de los finalistas.
La crítica Maryluz Vallejo y los escritores Hugo Chaparro Valderrama y Joaquín Mattos Omar encontraron, como jurados, 14 cuentos de calidad superior al resto.
En su acta, los tres profesionales valoraron la importancia del premio nacional porque fomenta el cuento y el talento de los autores y dejaron constancia de que “si bien se buscaron 25 finalistas, la selección final de los tres ganadores la hizo el jurado a partir de un grupo de 14, a los que caracteriza una calidad notable...”.
Frente a esa gran calidad y el gran número de aspirantes, los calificadores expresaron su preocupación “por el bajo nivel de la escritura en general, la pobreza de los recursos formales, la reiteración de la violencia como expresión monotemática y el desconocimiento del género”.
“Cuando vuelvas de Marte” obtuvo el primer premio “por su nivel de profesionalismo y su rigor en la escritura, así también por la estructura con la que el autor entreteje formalmente los dilemas que deciden la trama y el drama vividos por los personajes”.
Su autor, Jacobo Cardona Echeverry, es antropólogo y magíster en Estética. Catedrático de la Universidad de Antioquia, ha ganado becas y concursos de arte y cinematografía, además del Premio Nacional de Poesía de la Universidad Industrial de Santander, en 2013.
Del segundo lugar, “Cuaresma”, el jurado destaca la inteligencia narrativa del autor “para dosificar el misterio del cuento y su solución, construyendo de una manera precisa la sicología de los personajes y el conflicto por el que se relacionan sus historias”.
Cristian Sebastián Hernández es graduado de Literatura en la Universidad de los Andes y Magíster en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional.
Del tercer lugar, “La señal”, de David Mauricio Paredes, Vallejo, Chaparro y Mattos indican que se descubre en su texto la dimensión de la tragedia que narra y sus secretos, “a través de una situación en la que su autor consigue una atmósfera enrarecida, recurriendo a una metáfora que consigue otorgarle al relato un lirismo incierto por el miedo”.
Los otros once cuentos escogidos para publicación fueron “Más allá del jardín de Adela”, de Fernando Nieto Solórzano (Bogotá). “La vuelta”, Nelson de Jesús Rendón (Ciudad Bolívar, Antioquia). “Gloria a Dios”, Juliana Villate Quevedo (Bogotá). “Los encargos”, Jorge Valbuena (Facatativá). “Virtualmente solo en la multitud”, Andrea Riviere López (Bogotá). “Sin peces ni bifurcaciones”, Fabián Mauricio Martínez (Bucaramanga). “Al final del arcoíris”, Fernando José Borda (Barranquilla). “Vamos a la playa”, Tatiana Galofre (Bogotá). “La última cuota”, Óscar Osorio (La Tulia, Valle). “La tercera raíz”, Octavio Pineda (Ciudad de México). Y “La otra orilla”, Nelfer Velilla González (Maicao, La Guajira).
Más Columnas de Opinión

Junior y Viera | columna de Hugo Illera Jiménez
Ahora entiendo menos. No entendí la indisposición de gente que comenzó a agraviar a Sebastián Viera porque sí. Porque estaba viejo, porque supuestamente no veía, porque sopló la brisa, porque el mosquito voló, porque debió hacer esto o lo

Sres: Conjunto Residencial “Atlántico”
Ref: Preocupación por la próxima asamblea
Apeciados vecinos, he recibido la citación a la asamblea de copropietarios del próximo 29 de octubre y quisiera expresar mi opinión como un residente más de este conjunto, la cual les ruego

Hay trampas que son necesarias
En Colombia cuando se habla de trampa se piensa en el acto de hacer algo torcido. “Hecha la Ley, hecha la trampa” dice un popular refrán hecho a la medida de nuestro país, aunque muy seguramente un noruego no lo entendería. Pero es que adem

¿Et tu, Brute?
“¿También tú, Bruto?”, dicen algunos que estas fueron las últimas palabras de Julio César antes de ser asesinado en Roma. Apuñalado, reconoció una cara amiga… la de Marco Junio Bruto. Una joven promesa política romana, a la que él l