A pesar del tiempo no ha sido posible despejar de una vez por todas las incógnitas emanadas del retiro inesperado de Rocky Marciano, el púgil que se retiró invicto luego de 49 combates ganando 43 por nocaut, lo cual arroja un alto promedio para el ganador.

Marciano se caracterizó por enfrentar y derrotar a numerosos púgiles de la raza negra, eso era un punto muy llamativo en su accionar puesto que no era ningún misterio en el ámbito boxístico de los EEUU conocer cómo se rehuía a los púgiles de color por parte de los de raza blanca.

Marciano cuando no los noqueaba en el primer combate que los enfrentaba, los noqueaba inexorablemente en la revancha. Su pegada recia como pocas hacía estragos en los contendores negros.

Pero dejemos eso a un lado para hablar de la gran tragedia que sufrió la esposa de Marciano, a raíz de su retiro del boxeo. Marciano se dedicó a la usura, con un capital de un millón de dólares que había reunido a lo largo de su carrera.

Que se dedicara a prestar dinero por un tanto por ciento que se establecía, no tenía nada de particular. Pero si era llamativo que Marciano no dejaba huella alguna en el negocio; soltaba el dinero sin exigir constancia de ninguna clase, por cierto, cuando sus amigos le advertían del peligro de parte de los clientes que hubiesen negado el recibir dineros en función de préstamo, Marciano les contestaba que aquel que le hubiese negado haber recibido un préstamo suyo “con estos dos deseos de mi mano (señalando el índice y el pulgar) le rompo la tráquea” desgraciadamente, Marciano pereció en un accidente de aviación, en momentos en que todo su dinero estaba invertido.

La forma cómo pereció su marido le produjo a la esposa de Marciano un gran abatimiento, y por último contrajo el cáncer que consumió sus últimos ahorros. La esposa pereció en una gran pobreza.

Este final tan triste de la esposa causó una gran depresión entre los aficionados al boxeo. Lamentaban que Marciano hubiese apelado al fraude para vivir después de haberse fajado tan bravamente en el boxeo. Pudo haber realizado por lo menos el combate número 50 para cerrar su carrera boxística, pero no lo hizo, y se retiró con el match número 49.

Lo que se dice en los medios del boxeo estadounidense es que Marciano fue informado secretamente del engaño que le venía ejerciendo su manejador, quien firmaba un contrato por determinada suma de dinero, pero colateralmente negociaba con otros la verdadera suma que merecía ganar Marciano, para embolsillarse la diferencia. Este conocimiento tramposo decepcionó a Marciano, quien no quiso continuar en el boxeo ante la forma engañosa que lo hacía una víctima.