Que no quepa la más mínima duda. El nuevo billete de 100 mil pesos, emitido hace pocos días por el Banco de la República, es la prueba reina que esperaba el Centro Democrático para comprobar de una vez por todas que el presidente Santos le está entregando el país al Castrochavismo.

Mientras algunos gastaban el tiempo inventado chistes y memes diciendo que el salario mínimo de los colombianos ni siquiera alcanzaba los siete billetes de esa nominación. Mientras se enviaban mensajes e imágenes por las redes sociales sobre los hipotéticos desmayos, llantos y el aumento de la tasa de suicidio ante la eventual perdida o comprobación de la falsedad del papel moneda que se presume en el bolsillo, ayer, la periodista Mónica Parada Llanes publicó una juiciosa nota para EL HERALDO. “Un comunista en el billete de $100 mil”, se titula, y habla sobre la aparición de un poema del poeta Luis Vidales, quien fuera fundador y miembro del Partido Comunista Colombiano, en el reverso del papel impreso.

Vaya sacrilegio –dirán los acólitos de Le petit cavalier–, consignar en el papel moneda del país; en esa hoja de papel, que es como el sudario sagrado con el que se arropa la economía de la nación, un poema de este comunista incendiario y comecuras. Qué designios siniestros inspiraron a la Junta Central del Banco de la República para poner en letras de molde, al lado de la emblemática palma de cera, insignia de la patria, el poema de Vidales. Cómo se pudo permitir que esa persona, quien osó decir en el poema La oración de los impuros que estaba cansado de los días y de las noches de Dios; que tuvo la blasfemia de decir “Señor, nos aburren tus auroras y nos tienen fastidiados tus escandalosos crepúsculos”, se convirtiera en miembro de la sagrada iconografía de la nación.

Para colmo, quien aparece en el anverso, es nada más y nada menos que el expresidente Carlos Lleras Restrepo, quien se metió en el embeleco, por fortuna frustrado, de realizar una reforma agraria para despojar de sus tierras a los prósperos gamonales del país y entregárselas a los campesinos sin tierras, lo que, evidentemente, también lo hace un comunista.

Aquí está, pues, la prueba que faltaba para demostrar que el fantasma del comunismo se ha tomado al país. El Centro Democrático tenía toda la razón en sus denuncias del ardid castrochavista. Se dice que, en medio de la marcha de ayer sábado, alguien se le acercó al Senador para ponerlo al tanto de la situación. De inmediato pidió cartulina y crayolas, y como un escolar sencillo, llevo sus huesitos y sus carnitas hasta el asfalto para se escribir consignas y tuitear en contra de la toma del comunismo en los símbolos de la patria.

También se dice que en los próximos días pedirá que la Procuraduría General de la Nación, investigue a los miembros de la Junta Central del Banco de la República. Quizá en estos tiempos de amnésicos descaros ya no se acuerde que la Ley 1167 de 2007, que aprobó la emisión del billete, lleva su firma.

javierortizcass@yahoo.com