Lo que se cayó, entonces, fue el argumento.

Luis Andrés Colmenares no se suicidó, como insistentemente lo venían diciendo los testigos presenciales del hecho. El Tribunal Superior de Bogotá dijo lo que la obviedad advertía: el muchacho “falleció con violencia, fue agredido por terceros y no se pudo defender de la golpiza”.

El cuento de que corrió sin control hacia el puente del caño de El Virrey y luego se lanzó desde uno de los puentes, hace parte, hoy, de la fantasía judicial que creyó, en su momento, el juez de la competencia.

Por derivación procesal, la versión según la cual una de sus compañeras se habría metido hasta el caño para tratar de salvarle la vida es falsa. Y por lo menos deja duda el desmayo que sufrió el día que encontraron el cadáver.

El Tribunal, en respuesta a la apelación interpuesta por la Fiscalía al fallo que concluyó en suicidio, determinó que la víctima tenía signos elocuentes de violencia en su cabeza. Lo que no dice la decisión de segunda instancia, pero está en los argumentos que el fiscal dejó en el expediente, es que varias personas –muy jóvenes, todos– se aprovecharon de su estado de embriaguez, lo citaron al parque para “darle un escarmiento” y le propinaron una severa golpiza con botellas y otros objetos contundentes, que ocasionaron las múltiples fracturas en el cráneo. Lo que tampoco afirma porque los testigos falsos dejaron la duda, es que el cuerpo de Luis Andrés se desplomó y que, aún con vida, fue embarcado en una camioneta y llevado a algún sector de la ciudad, para luego regresarlo muchas horas después, ya muerto, al lugar en el que finalmente lo encontraron los bomberos.

Carlos Cárdenas, según el despacho, aparentemente no estaba por ahí. Por eso, en la misma sentencia del Tribunal fue declarado inocente.

La conclusión, de esta manera, resulta aparentemente clara: a Luis Andrés lo mataron, pero Carlos Cárdenas no fue. O, al menos, no hubo pruebas que lo condenaran. La pregunta que queda flotando es: ¿Por qué, entonces, la mamá de Carlos y la abogada de esta están incursas en otro proceso por manipular el caso en momentos en que ni siquiera había parecido la tesis del homicidio? Otro juez dirá la respuesta.

¿Qué sigue, ahora?

Como el proceso de Laura Moreno y Jessy Quintero sigue vivo, hay que esperar que la investigación dé un giro radical. Laura era la novia de Colmenares que antes lo había sido de Cárdenas. Jessy era la amiga de Luis Andrés que después resultó amiga de Laura. La una dijo estar presente en el lugar de los hechos y verlo todo. La otra fue informada por esta, vía telefónica, de cada uno de los momentos del suceso.

Como las dos se han empeñado en afirmar lo que el Tribunal rechazó, es decir, que Luis Andrés corrió como loco y se tiró al caño, la Fiscalía está a la expectativa de su versión, que en esencia deberá clarificar quién, en verdad, es el culpable.

El asunto es simple: como Luis Andrés no se suicidó, entonces lo mataron. Y como lo mataron, alguien lo mató.

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@AlbertoMtinezM