
Los duros relatos del secuestro de las Farc salen a la luz
Los relatos fueron dados en la segunda audiencia en la JEP. Farc buscaba a sus víctimas en el directorio telefónico.
En el segundo día de audiencia pública de la JEP, sobre los reconocimientos de verdad de los 7 miembros del último secretariado de las Farc-EP, nuevos relatos sobre los crímenes de lesa humanidad salieron a la luz.
Durante el encuentro, las víctimas expusieron los horrores que tuvieron que soportar durante el secuestro, pero también se oyeron relatos de los familiares de personas cuyos cuerpos no han sido encontrados y que tal parece murieron estando en cautiverio.
Varias de estas víctimas expusieron los padecimientos físicos, económicos y emocionales que les causó el flagelo del secuestro y que laceró a cientos de familias en Colombia.
Los crudos testimonios afloraron en una diligencia programada por la JEP en la que estuvieron Rodrigo Londoño, Pablo Catatumbo, Pastor Alape, Milton de Jesús Toncel, Jaime Alberto Parra, Julián Gallo y Rodrigo Granda, miembros del último mando de las Farc.
Héctor Angulo, quien denunció la desaparición de sus padres tras un secuestro, cuestionó las declaraciones que en los últimos días ha dado la última cúpula de las Farc en la diligencia.
“Hemos recorrido un camino de 22 años buscando alguna razón o motivación (…) para este atroz delito”, añadió el hombre quien destacó que en octubre encontraron los restos de su madre. “Ustedes acabaron con la familia, acabaron con la esperanza de una familia, completamente”, le dijo Angulo a los comparecientes de las Farc.
“La rabia de mi papá cuando se fue de este mundo pensando que sus hijos no hicieron valer sus derechos”, manifestó Angulo.
Por su parte, Edward Oswaldo Díaz, hijo del ex concejal de Palmira Oswaldo Díaz, secuestrado por las Farc en 2001 y asesinado por la misma guerrilla en 2002, pronunció unas fuertes palabras a los exguerrilleros, a quienes les dijo que “fueron y son el cáncer del país”.
“Ustedes fueron un ejército ilegal, no fueron la ley. No debieron existir, todos ustedes hicieron mucho daño”, dijo Díaz, quien destacó que desde los hechos que le ocurrieron a su padre estuvo desplazado y hasta en el exilio.
Pastor Alape Lascarro fue el primer compareciente en tomar la palabra y reconoció las afectaciones que produjeron a personas de todo tipo de condición social con estos hechos: “Nosotros venimos a asumir la crueldad que implicó este grave crimen porque fue hacer rehenes a todas las familias”.
“La retención de carácter financiero es impolítica (…), creo que utilizo el término repugnante. No podía prolongarse demasiado porque tarde o temprano se iba a volver en contra de nosotros como un búmeran”, dijo Alape.
Asimismo, habló de la monetización que el gobierno ya debe haber hecho de algunos bienes y tierras, cuyo valor asciende a “42.600 millones de pesos que deben haber pasado a la Unidad de Víctimas”, pero reconoció que “con esto no se repara el daño que hicimos”, dijo.
La magistrada Julieta Lemaitre, correlatora del caso 01, indicó que los secuestros para cobrar por la liberación “fueron parte del funcionamiento de las Farc-EP desde su origen, pero incrementaron de manera dramática en la década de los 90 con un pico al final de esa década, afectando amplias regiones del país”.
En la diligencia, la JEP reveló que dentro del grupo armado algunos integrantes buscaban a sus víctimas hasta en el directorio telefónico, cuando este era en páginas amarillas, algo que ha conmocionado al país.
“Encontramos a uno (comandante) que secuestraba por el directorio telefónico, cuando los directorios eran páginas amarillas (...) otros nos han dicho que usaban revistas como el número de Semana de las 100 empresas del país, entonces por el número de las 100 empresas”, señaló Lemaitre.
Hoy será el tercer y último día programado para la audiencia de reconocimiento.