El Heraldo
EFE
Colombia

Yo quería oírlos hablar desde el corazón y no desde la política: Betancourt

La excandidata presidencial encaró a miembros de la extinta Farc y les recordó la crueldad con la que sometieron cientos de víctimas en el secuestro.

Vestida de blanco y con el cansancio característico en los ojos de una persona que ha llorado por mucho tiempo, Ingrid Betancourt subió al estrado para enfrentar, 13 años después, a quienes ella misma llamó “sus verdugos”. 

No hizo falta más que ver sus lágrimas y escuchar su voz entrecortada para entender por qué la excandidata a la presidencia mencionó que “con la dificultad de mirarnos los unos a los otros a la cara, con el dolor de oírlos, y con el pudor de nuestras emociones”, habían estado allí, reunidos en un mismo recinto, víctimas y victimarios  “con la decisión compartida” de contribuir a romper el círculo vicioso de la violencia en Colombia.

“El valor de este encuentro reside en que quienes actuaron como señores de la guerra y quienes lo padecimos, nos levantamos al unísono ante Colombia para decirle que la guerra es un fracaso. Que la guerra sólo ha servido para que nada cambie y para seguir postergando el futuro de nuestras juventudes”, fue la forma en la que Betancourt definió el encuentro. 

“Si los que estamos aquí presentes, marcados en carne viva por la guerra, hemos podido escucharnos en este teatro, tratando de liberarnos de las cadenas del rencor, de la venganza, del orgullo, del miedo. Si hemos podido escucharnos, hablarnos, con todo lo que nos cuesta; entonces podemos decir que el amor es más grande, que hay esperanza”, fue el mensaje que envió a los colombianos. 

 

Betancourt, una de las víctimas más emblemáticas de los casos de secuestro por las Farc-Ep, con el peso en el alma, reflejado en el pausar de cada una de sus palabras, mencionó haber escuchado con la emoción a flor de piel el relato de sus compañeros de dolor. “Los vi llorar, los oí llorar, lloré con ellos y me cuesta no seguir llorando, pero debo confesar que me sorprende que nosotros de este lado del escenario (el de las víctimas) estemos todos llorando y que del otro lado (donde se encuentran los ex-Farc) no haya una sola lágrima”.

En ese sentido, Ingrid se dirigió a cada uno de sus antiguos captores. A Abelardo Caicedo Colorado, conocido por el alias de Solís Almeida, le expresó “usted mencionó su defensa por la paz y eso está bien, nosotros todos acá queremos que a la paz le vaya bien, pero yo hubiera querido oír de usted como comandante, si en algún momento secuestró a alguien, si usted dio la orden de que amarraran a alguien. Si esa vergüenza que siente es una vergüenza social, porque la sociedad colombiana los señala por lo que hicieron o es la vergüenza del alma”.

Asimismo, a Julián Gallo le dijo “yo quería oírlo hablar desde su corazón, no desde la política” y apelando a la frase que este había mencionado sobre la generosidad de las víctimas, esta respondió; “Sí, las víctimas hemos sido generosas, muy generosas, porque amamos a Colombia, porque nosotros no representamos al pueblo, nosotros somos el pueblo”.

A Rodrigo Londoño lo cuestionó sobre la reparación a las víctimas. “Reparar a las víctimas es un tema tabú en Colombia, me pregunto cómo va a reparar a las víctimas, dónde están los dineros del narcotráfico que ustedes acumularon durante los años de guerra, esos son los fondos que tienen que ir para reparar a las víctimas. El Estado no puede reparar solo, ustedes tienen que buscar una manera”, fue el mensaje de la excandidata.

A sus hermanos de dolor, como les llamó a quienes, al igual que ella, padecieron el atroz crimen, les dio un abrazo de compresión, porque ella sabe que a las víctimas de secuestro “Colombia las oye y las oye, pero no las entiende”. “Tenemos que hacer que Colombia entienda y tenemos que encontrar las palabras justas para que el país vea (…) Hemos sido incomprendidos, porque no solamente llega uno cansado de los años de cautiverio, sino que llega a tener que limpiar su buen nombre”, mencionó Betancourt.

En medio del airado discurso, desbordado de las emociones encontradas de estar cara a cara con quienes había evitado desde hace trece años que fue liberada recordó a sus captores la crueldad a la que sometieron a cientos de víctimas.

“Mientras ustedes no se despierten en la noche con las mismas pesadillas que nos despiertan a nosotros, no podremos explicarles. Volver a ser humanos es llorar juntos, un día vamos a llorar juntos, por el sufrimiento de ustedes, de sus vidas, de nosotros, por el sufrimiento de Colombia que lo vemos hoy en los muchachos que están en las calles, porque tienen hambre, porque no tienen trabajo y porque lo señalan de terroristas, porque siendo pobres y jóvenes los miran como a combatientes de las Farc y esa es una responsabilidad ustedes también tienen”, puntualizó.

La excandidata presidencial concluyó apelando a la construcción de una memoria colectiva en Colombia. “Esta es la historia que se debe narrar, la que deben estudiar nuestros niños en las escuelas para que ellos entiendan que a pesar de todo esto se pudo firmar un acuerdo de paz. Que pudimos mirarnos a la cara y salir de esta espiral de violencia”.

‘Timochenko’ pidió perdón

Estas declaraciones se dieron en el marco de  un encuentro organizado por la Comisión de la Verdad, en el que participaron víctimas y victimarios.En harás de ahondar en  la realidad del secuestro y la dignidad humana se abrió un espacio de diálogo conducido por Francisco de Roux, presidente del órgano de la justicia transicional,  Rodrigo Londoño e Ingrid Betancourt.

Rodrigo Londoño  hizo una solicitud de perdón a las víctimas. “Nos presentamos aquí con la frente inclinada y el corazón en la mano con la decisión sincera de pedir perdón por todas las conductas que reconocemos y aquellas ligadas a ellas que por alguna razón involuntaria se nos hayan podido escapar”, mencionó Londoño.

Agregó el exjefe de las Farc que “a las víctimas de secuestro que finalmente tuvieron su libertad a sus familiares y seres queridos a todas y todos los que de algún modo sintieron el peso de la privación injusta. Expresamos desde lo más hondo de nuestro ser que lo sentimos y que esperamos alguna vez puedan perdonarnos por el incalculable daño infringido”.

Asimismo, Londoño envió un mensaje a los familiares de los desaparecidos “A los que nunca regresaron del secuestro, quienes perdieron la vida en nuestras manos, a sus allegados agobiados durante años y años por su ausencia y desconcierto, le suplicamos perdonarnos por la terrible ofrenda ocasionada. Hablamos con sentimiento de vergüenza, con la claridad plena de que los herimos a todos y todas en lo más sagrado de su corazón”.

“Extendemos nuestra petición  de perdón a la sociedad colombiana,  a todos esos hombres y mujeres afectados de uno u otro modo por la incertidumbre y la zozobra que generó la guerra”, puntualizó Londoño, expresando que “comprendemos que hay quienes abstienen de perdonarnos”.

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