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El obispo de Istmina-Tadó, monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, dijo este sábado que en Chocó “reina el miedo” por cuenta del paro armado de 48 horas decretado por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que disputa el territorio con el Clan del Golfo.

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“Aquí reina el miedo, el dominio y la imposición que traen estos paros armados ya infunden de tal manera pavor que todo se desestabiliza, todo se aquieta, el comercio se frena, la movilidad, todo, todo realmente está parado”, denunció el obispo en la emisora ‘Blu Radio’.

Se trata del tercer paro armado impuesto por el ELN este año en Chocó y el noveno en los dos últimos años, donde esa guerrilla dice que hay una supuesta alianza entre militares y paramilitares del Clan del Golfo, también conocidos como Ejército Gaitanista de Colombia (EGC).

En los paros armados, la guerrilla suele restringir el desplazamiento de vehículos por carreteras y ríos, la movilidad de las personas e incluso ordena el cierre de comercios, además de cometer agresiones y amenazar a todo aquel que no cumpla estas normas.

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El viernes, día en que comenzó el paro armado, el obispo de Quibdó, monseñor Wiston Mosquera Moreno, hizo un llamado a los grupos armados que actúan en el departamento del Chocó para “que no involucren más ni afecten a la población civil en sus violencias”.

En un comunicado, monseñor Mosquera expresó su “rotundo rechazo a toda acción de grupos armados que implique confinamiento, desplazamiento o cualquier afectación a la libertad de locomoción ciudadana”, especialmente en un territorio donde la población ha sido “históricamente víctima del conflicto armado y en condiciones de vulnerabilidad”.

Exigió al ELN y al EGC que “cesen ya la vulneración y agresión violenta contra las comunidades”, y subrayó que “es urgente parar esta estrategia de guerra dirigida a vulnerar los derechos de la gente”.

Asimismo, exigió el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario para proteger la vida, la salud, la educación y la libre movilización de los civiles.

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Frente al Gobierno Nacional, el mitrado demandó acciones concretas para “garantizar la seguridad y la paz de forma permanente” en el Chocó, mediante la protección ciudadana, la implementación del Acuerdo de Paz y la neutralización de los grupos ilegales.

También instó a organismos internacionales a monitorear la situación de derechos humanos, especialmente de líderes sociales y defensores en riesgo.

Por su lado, la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos urgió al “ELN y a EGC a respetar el DIH y los derechos humanos de todas las personas en el Chocó”. “Condenamos la declaración de un paro armado a partir de hoy 25 de julio”, remarcó.