Así como la corrupción se convirtió en una institución, del mismo modo, se constituyó el tráfico de narcóticos poco después de la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla. Pero, es un completo sin sentido despertar los fantasmas de aquella época; si en la actualidad se profanan almas vulnerables a través del oficio del tráfico de personas. Toda una realidad desconcertante y apabullante, como el ruido y la polución del tráfico vehicular en las horas pico.
Y, como punto seguido o entre comillas se sitúa el afamado tráfico de influencia, dicho termino que se ajusta al "favoritismo" y que coloquialmente se le conoce como: "Las palancas" "El por carita" Y quienes, sudan, sangra con este adjetivo calificativo, los que estamos por debajo de las aves de rapiña en la pirámide social: "Los obreros, el campesino"
Si, no es un secreto que se nos denigre por la condición socio-política. Tal y como acontecía en el auge de las hechiceras, con respecto a la celebración del día de las madres en honor a las monjas. Puesto que, aseguraban que el día de las brujitas era tan peligroso como enamorarse. Y es que, desde aquel entonces, la burocracia y la aristocracia se ha mantenido en el poder, luego del estallido social del "Bogotazo" en el 48. En el que, más de tres mil muertos aun naufragan en la laguna de sangre que reposa en la conciencia de los Conservadores. Una estúpida guerra regida por el tráfico de influencia; la cual, hasta nuestros días, nos sigue sometiendo a ser los mismos esclavos, con la única divergencia enmarcada en el descaro de un mínimo laboral.
Thiago Bettin
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