
Al conocer el evento denominado Nuit des idees, a realizarse días atrás en la Alianza Colombo Francesa, respecto al tema Ser y estar, revisé una página del ensayo de George Steirner, fallecido hace poco, sobre el filósofo Martin Heidegger de su libro El ser y el tiempo, donde este señala que el Ser debe definirse como “ser ahí”, significando el “ahí”, lo concreto, literal, real, cotidiano, agregando que el ser humano significa estar sumergido, plantado, arraigado en la tierra, en la materia cotidiana, en la multiplicidad cotidiana del mundo humano.
Pero la reflexión era desde el punto de vista científico, en relación a la creación del universo y los seres hasta ahora conocidos, con exclusión de toda metafísica, quedando esclarecido que la visión del comienzo del mundo desde el mito y el dogma, también eran respetables, porque son constructos sociales y culturales, de servicio al desarrollo de la humanidad, luego de lo cual el primer conferencista se refirió al Big Bang, el estallido productor de imnumerables sistemas planetarios, galaxias, estrellas, y formando diversos seres vivientes en la tierra, animales, plantas, bacterias, hongos y protistas, originándose 8 millones de especies.
Otro conferencista, se refirió al hombre como un animal, con características biológicas semejantes a los demás primates, y estados mentales parecidos como la cooperación, igualdad, el egoísmo, según experimentos hechos en laboratorios, otras lucidas exposiciones se dieron, siendo largas de reseñar.
El interrogante que deja la magnífica noche de las ideas, es si debemos seguir las orientaciones de probadas teorías científicas, sobre la creación del mundo, o la guía procedente de la argumentación de las mitología y el dogma, cuyo origen surgió en el pensamiento de nuestros antepasados sin conocimiento alguno, llegando a nuestro tiempo mediante la tradición y la costumbre, de la respuesta dada a estos interrogantes, dependerá la suerte del sistema democrático en el planeta.
Emiro Guerrero
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