La noticia por todas partes es que el agua de los ríos y de los mares está disminuyendo en sus niveles y que ello se debe al calentamiento global. Este fenómeno, al cual no le prestamos la atención debida, puede conducir a que las fuentes de abastecimiento para la producción de agua potable de las grandes ciudades no sean confiables y seguras en el largo plazo. En el caso de Barranquilla, que se abastece del río Magdalena, que por temporadas unas veces sus caudales son altos y otras veces bajos, a pesar de que la prestación de este servicio por la Triple A ha sido oportuno y satisfactorio, agregado a que su estructura organizacional tiene un alto grado de perfeccionamiento, considero que a corto y mediano plazo deben hacerse todos los esfuerzos porque ella tenga un suministro alterno integrado al actual.
El nuevo proyecto, una vez realizado, servirá para además de ofrecer una mayor confiabilidad del servicio, mayor cobertura y ampliación, organizar mejor su distribución, abaratar costos, y de otros beneficios, la posibilidad de aliviar las posibles deficiencias y limitaciones del acueducto actual y, lo más importante, librarnos de imprevistas emergencias y racionamientos del “líquido vital” para la nueva Barranquilla que se proyecta con decisión y entusiasmo para los próximos años.
Roberto Chalita - roberto.chalita@hotmail.com