Ahora que la Organización Mundial de la Salud ha prohibido el uso de colorantes artificiales, solo aceptando colorantes naturales, tendremos la oportunidad de volver a cultivar el achiote, que al tener aceptación internacional, ha incrementado su demanda, oportunidad que deberíamos aprovechar para su cultivo en fincas e inclusive para exportarlo.
El achiote crece y se desarrolla en muy buenas condiciones desde el nivel del mar hasta los 1.200 metros de altura, con temperaturas de 27 a 30 grados y una precipitación que alcanza los 1.800 milímetros anuales; la cosecha debe coincidir con períodos relativamente secos para así evitar enfermedades fungosas, las distancias más recomendadas en una plantación son de 4 por 4 en cuadro, el achiote se propaga por semilla.
El achiote comienza a producir a partir de los 3 años después de la siembra, las cápsulas ya cosechadas se esparcen sobre una superficie lisa y plana aporreándolas cuando estén bien secas a fin de separar las semillas de las cápsulas, en cuanto a plagas hay varias que pueden considerarse como limitantes. En cuanto a insectos que atacan el achiote están la hormiga arriera y diferentes especies de cochinillas.
El uso del achiote no es solamente para la cocina sino también sirve para la industria del tejido, jabones, cosméticos, etc.
Cultivar el achiote vale la pena hacerlo, ya que su finca puede reemplazar la estaca de la cerca por un árbol de achiote el cual tiene en promedio de 100 años de vida.
Justiniano Acuña