Andreina García es una mujer que inspira porque ha entendido que el verdadero liderazgo no se impone: se gana con coherencia, con ejemplo y con bondad. En tiempos en que muchos buscan poder, ella elige servir. En medio de la aridez del desierto, su corazón es un manantial que no deja de fluir.
Colombia corre el riesgo de normalizar una bonanza criminal. La macroeconomía parece estable no porque tengamos una economía robusta, sino porque circulan dólares sin declarar. No es un triunfo: es la derrota silenciosa de una nación que se resigna a que su motor económico sea la cocaína. 
Es el momento de construir un pacto real que ponga en el centro a la gente, en el que el Estado cumpla con su responsabilidad indelegable de garantizar derechos, las comunidades fortalezcan sus liderazgos en torno al bien común y la empresa privada continúe aportando al desarrollo sostenible. 
El primer rey de este gran festival cuna de acordeones fue Jesualdo Bolaño. En la canción inédita, el varias veces rey ha sido Poncho Cotes Jr.
En vez de ser un presidente con ejecuciones de grandes obras y conciliador con los diferentes actores políticos de nuestro país, se ha convertido en la mecha mayor de la polarización en toda la nación.
A pesar de los rezagos, en comparación con otras regiones del país, existen iniciativas y estrategias en marcha para impulsar el desarrollo económico y social de La Guajira, destacando la importancia de una economía diversa y sostenible, aprovechando al máximo el potencial de la región.
Este modelo, que ya comienza a inspirar a otras regiones del país, demuestra que La Guajira sí puede liderar procesos exitosos, cuando hay compromiso, planeación y voluntad de transformar realidades. Y en eso, el Gobierno departamental viene cumpliendo su palabra.
Operado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA), este programa ha sido implementado bajo rigurosos estándares de calidad, garantizando una alimentación nutritiva, segura y adecuada para los estudiantes guajiros, tanto en PAE mayoritario como del PAE indígena.
Los eventos de la cultura que están expresados en su máximo exponente como es el Festival Cuna de Acordeones, en lo demás con rasgos esporádicos de eventos culturales  en los diferentes colegios y últimamente la cultura ciudadana que deja mucho por desear y avanzar. En cultura ciudadana estamos en cero.
Programas y políticas para reducir la pobreza, promover la inclusión social, proteger los derechos de las comunidades indígenas y afrodescendientes, y fomentar la equidad de género. Se debería fortalecer las unidades productivas con capital semilla.